Desde hace casi una década, el colectivo “Monzón con la Discapacidad 3 de diciembre” organiza entorno a esta fecha diferentes actos, entre ellos una marcha por las calles de la capital mediocinqueña que reunía a alrededor de un millar de personas. Este año debido a la pandemia el programa se ha reducido a su mínima expresión, pero aseguran que en cuanto amaine el temporal, regresarán con energías renovadas.
Dar visibilidad a las personas con discapacidad es el principal objetivo de este colectivo que ha ido aglutinando a diversas asociaciones con presencia en la zona oriental de la provincia de Huesca. En este momento conforman el colectivo Asapme Huesca, AMO, Cáritas, Sicapaces, Valentia y Cadis Huesca. Entre todas ellas llevan varios años dando sentido a un lema: “Soy Capaz, contigo MÁS”. En esta ocasión han lanzado un concurso a través del cual, los participantes pueden ganar bonos de 50 euros para gastar en el comercio local de las poblaciones de Binéfar y Monzón. “Desde hace tiempo teníamos claro que nuestro acto estrella, la marcha por la inclusión, no se podría realizar. Por ello hemos pensado en hacer algo que implicara a la población en general y que además nos permitiera aportar nuestro granito de arena para impulsar el comercio local”, explica Cristina Morillo, representante de Valentia en el colectivo.
Los establecimientos adheridos a esta iniciativa tendrán en su interior unos carteles, donde los participantes deberán hacerse una fotografía, la cual deben enviar al correo electrónico: monzontresdediciembre@gmail.com, indicando su nombre, un teléfono de contacto y dónde quieren gastar el vale. En total se repartirán 400 euros, cuatro bonos de 50 euros para las fotos que tengan más “Me gustas” en Facebook y otros tantos bonos que se sortearán entre el resto de participantes. En el caso de que en la instantánea aparezca algún menor, deberán comunicarlo para que así el colectivo les envíe una autorización que les permita publicarlas en redes sociales.
Las fotografías se podrán enviar hasta el 5 de diciembre, jornada en la que todas las imágenes recibidas se colgarán en Facebook, y se abrirá un periodo de votaciones hasta el día 10; al día siguiente se darán a conocer los agraciados. Por otro lado, el colectivo se ha puesto en contacto con los centros escolares para que lleven a cabo alguna actividad que favorezca la inclusión en torno a estas fechas. “Como objetivo nos gustaría tener más presencia en los colegios y llevar a cabo actividades durante todo el curso y no solo durante la semana del 3 de diciembre”, explica Naiara Hernández, terapeuta de AMO. Como deseo para el futuro esperan que un día no tengan que luchar por la inclusión y que la palabra quede en desuso porque se haya normalizado. “Debemos aceptar la diferencia como algo que nos enriquece”, resaltan.
ADAPTARSE A LAS CIRCUNSTANCIAS
La situación que estamos viviendo desde marzo ha provocado que los diferentes colectivos hayan tenido que hacer un importante esfuerzo para adaptarse a las normativas vigentes. Por ejemplo, en el Reina Sofía se han suprimido las salidas y actividades fuera del centro, lo que ha dado un vuelco inesperado y difícil de comprender a las personas que viven allí. “La capacidad para adaptarse y superar esta situación adversa ha sido increíble en todos los residentes, mostrando una vez más una inteligencia inigualable a la hora de enfrentar dificultades”, señalan.
En el Centro Ocupacional Nazaret, gestionado por Cáritas elaboraron un plan de adaptación de actividades para cumplir con todas las medidas santiarias. Incluso han realizado alguna actividad grupal a través de aplicaciones como Jitsi o Zoom.
Desde la fundación Down explican que han tenido que renunciar a algunos de sus servicios por falta de espacio en su local, mientras que han reducido los grupos a un máximo de tres personas. “Esperamos poder continuar con todos nuestros proyectos en 2021, pero tenemos miedo a que la crisis económica repercuta en la financiación de la entidad”. Otros como Asampe Huesca han intensificado la intervención y la atención dirigida a las personas con enfermedad mental y sus familias. “Nos hemos adaptado a la nueva situación mediante atención individual y grupal. En las actividades presenciales se han reducido los aforos y se ha combinado con la plataforma online. Hemos dado continuidad a los proyectos, porque para nosotros lo más importante es seguir con la atención integral a las personas con enfermedad mental y apoyo a las familias”. Mientras que en Sicapaces tenían previsto realizar un curso de lengua de signos, que finalmente se ha tenido que aplazar. Además, siguen trabajando telemáticamente y a través de la AccesibilidadApp para que Monzón sea cada vez más accesible.
DESAFÍOS DIARIOS
Durante los últimos meses, la incertidumbre ha rodeado el día a día de nuestra sociedad, generando situaciones difíciles de superar. “El confinamiento provocó que se rompieran las rutinas de personas que las necesitan como el comer; no podían ni salir a pasear ni ver a esas personas que formaban parte de su entorno diario”, explica Naiara. Esto mejoró con la concesión de los permisos especiales, aunque consideran tardaron en llegar y provocaron momentos incómodos producidos por los denominados “Policías de Balcón” sobre todo en las grandes ciudades. “Por suerte en esta zona prácticamente nos conocemos todos y las recriminaciones en estos casos han sido mínimas. Además, hubo familias que pudieron salir antes de que llegaran los permisos gracias a la buena disposición y la comprensión de los cuerpos de seguridad que trabajaban en nuestra zona”. También consideran que, en otros casos, las normativas se aplicaron de forma generalizada y no se adaptaban a la realidad.