Las miradas de cinco amigos han confluido en un mismo punto de fuga, un libro, que bajo el título “Huesca, 10 comarcas, 100 maravillas” se presenta ante el público como un manual de uso para el conocimiento de los diferentes enfoques de piezas únicas de nuestro patrimonio material. Los ojos de José Luis, Joaquín, José Vicente, Mariano y Paco nos llevan a soñar, pasen y lean, disfruten y aprendan.
En el año 2007 la empresa New Open World Corporation organizó una votación popular para dar a conocer las siete maravillas del mundo. Con más de 100 millones de votos se elaboró una clasificación de monumentos que desde entonces también está reconocida por la UNESCO. Entre los puestos más laureados se encuentran los mejores complejos arquitectónicos del mundo de todos los tiempos. Una idea que se ha repetido en multitud de ocasiones y en varios ámbitos. Ahora les toca el turno a nuestras maravillas, nuestros rincones de piedra y naturaleza gracias al libro ideado por un grupo de amigos que decidieron hacer muchas cosas aprovechando el tiempo libre. Viejos conocidos de su querida ciudad de Monzón, Joaquín Lafarga, José Luis Civera, José Vicente Mur, Mariano Lavedan en compañía del barbastrense, Paco Cámara decidieron crear un grupo con el nombre de Artemon con el que darse la oportunidad de conocer el territorio, una magnifica excusa para reunirse como hacen de manera habitual para coger setas, andar por el monte, disfrutar de nuestro patrimonio o quedar a comer, las penas con pan son menos, o eso dicen.
Lo que empezó siendo un juego de niños grandes, coger la cámara para inmortalizar sus aventuras, se convirtió en un objetivo: disparar el flash a todo aquello susceptible de aparecer en una buena fotografía. Y de ahí surgió la idea de crear un libro que les ha llevado algo más de un año de trabajo, casi 400 días esperando estas 100 maravillas de nuestra decena de comarcas. “Desde hace muchísimos años el autor de estas fotografías ha estado recorriendo la provincia con su cámara a cuestas dejando constancia gráfica de lo que veían sus ojos. Ahora por fin ve la luz una parte de este tesoro almacenado en varios discos duros de ordenador”, aseguran este grupo de amigos que sufrieron la picadura de la curiosidad y decidieron terminar con la ruta iniciada por su predecesor, armándose de paciencia, objetivos y unas buenas botas para inmortalizar todo aquello que les quedaba pendiente. “Programábamos las salidas con toda la meticulosidad posible, contactando con las personas que nos podían facilitar anécdotas y nos daban acceso al interior de nuestros objetivos, a estas maravillas que ya son algo nuestras también”, añaden recordando ese sabor dulce, como el de los niños que se han atiborrado a chocolate, al llegar a casa con un botín fotográfico digno de un festín de fotos que acababa con una selección de joyas pasadas a papel.
Quizás la parte más complicada era la de escoger, es lo que más les ha costado hacer, entre los cientos de fotografías que apilaban en montones tras una ardua labor para seleccionar aquellas que bien se merecieran un libro. “Una tarea que muchas veces resultaba altamente difícil”, destacan los autores de este libro recordando que muchas de las imágenes recogen las inclemencias del tiempo que también los acompañaban en sus excursiones. Cielos nublados, nieve, lluvia, tormentas… escenarios que han respetado al máximo como aquella foto con un paraguas, un toque especial, que nunca arruinó la instantánea sólo le dio un toque especial.
«Programábamos las salidas con toda la meticulosidad posible, contactando
con las personas que nos podían facilitar anécdotas y nos daban acceso al interior de nuestros objetivos, a estas maravillas que ya son algo nuestras también»
La parte más romántica, la de disparar, escoger, discutir y amontonar daba paso a la labor de generar un libro, un manual de uso de la riqueza patrimonial más próxima. Para ello se ponía sobre la mesa una imagen y todo aquello que la relacionaba con el territorio, con la búsqueda de otros enfoques dándole un texto y ubicándola con este libro que verá la luz este mes de abril en una primera edición financiada por la empresa Alumbra Energía. De la parte más visual, la de estructurar todo el material se ha encargado la arquitecta Clara Mur, que ha sido la persona que ha maquetado todo lo libro para darle un toque especial a la disposición de todo el contenido.
«Los astros se alinearon en paralelo con una ilusión compartida por nuestra provincia, de aquí emerge la vida y obra de un fotógrafo»
Como los mismos miembros de este club de los cinco aseguran “los astros se alinearon en paralelo con una ilusión compartida por nuestra provincia, de aquí emerge la vida y obra de un fotógrafo” en un trabajo que además reúne anécdotas, dibujos y textos a modo de resumen de lo que han sido horas de amistad en bruto. Entre el material que el lector puede encontrar entre sus páginas hay fotos de los Palacios de Fonz, la Concatedral de Monzón (que bien vale una portada como la nuestra), el Castillo, el Sifón del Sosa o el conjunto junto arqueológico de La Codera en Alcolea de Cinca. Estas pocas por nombrar algunas de las muchas iglesias, parroquias, puentes, palacios, torres y castillos que cobran protagonismo en este libro que sólo ha sido el inicio, el principio de todo.
Con un apetitoso prólogo del director de La Cadiera de Aragón Radio, el montisonense Óscar Vegas, sale a luz un libro que como el mismo deja patente en las primeras páginas “es un libro pensado para llevar en la guantera del coche, más que para hacerle un hueco en la estantería de nuestra librería. Un libro que pide ser manoseado y desgastado, que pide ser leído de arriba abajo y de abajo a arriba para volver a empezar. Más que leído pide ser disfrutado».
La presentación de este libro se realizará el 5 de abril a las 19.30 horas en la Casa de la Cultura de Monzón con la presencia de todos sus autores y con una invitación abierta a todos aquellos que quieren conocer más de todo aquello que nos rodea; piedras, sillares y naturaleza.