Isabel Blasco González tomó posesión como subdelegada del Gobierno de España en la provincia de Huesca el pasado 9 de julio. Un cargo de gran relevancia en la administración al que llega tras tres años como directora provincial del Departamento de Sanidad. La moción de censura precipitó los acontecimientos y la montisonense se convirtió en la segunda mujer en ostentar este cometido. A través del diálogo y el consenso afronta con ilusión y orgullo esta nueva etapa profesional. La despoblación, la seguridad y la igualdad de género son algunos de los pilares fundamentales en los que incidirá durante los próximos meses.
-En apenas tres años ha pasado de coordinadora del Centro Médico de Monzón a subdelegada del Gobierno. ¿Sorprendida?
Toda ha ido sucediendo de manera ordenada durante este tiempo. Tras diez años en el Centro de Salud de Monzón comencé una nueva etapa como directora provincial de Sanidad y la intención era completar los cuatro años estimados. La moción de censura nos cogió a todos de improviso… Cuando recibí la llamada para ofrecerme el cargo de subdelegada tuve que contener la respiración. La sorpresa fue mayúscula. No me esperaba este cambio, pero como no podía ser de otra manera, acepté la propuesta. Me despedí de mis compañeros, fue un momento muy emotivo. Les di las gracias por permitirme descubrir esa parte de la administración tan desconocido en algunos aspectos.
-¿Qué es lo primero que sintió al saberse la elegida para ocupar este cargo?
Me sentí muy contenta y orgullosa. A través del diálogo y el estudio se puede llegar a cualquier sitio, estoy convencida de ello. Esta es una gran responsabilidad, pero ya vengo de tenerla en el área de la sanidad. Durante cuatro años fui concejal del Ayuntamiento de Monzón, una experiencia fundamental para comprender lo que sucede desde el entorno más pequeño hasta el más grande.
-Para el desempeño de su nueva responsabilidad, ¿qué virtud personal cree que le va a ayudar más?
El diálogo y la capacidad de aprendizaje. También es importante saber mantener la serenidad cuando existen discrepancias. Tenemos la obligación de llegar a consensos, lograr a acuerdos en asuntos primordiales. Debo escuchar a la gente, y no silenciar a aquellos con ideas diferentes. Todo el mundo no puede pensar igual. Hemos de intentar buscar la solución más prudente donde varias partes podamos estar cómodas. Debemos ser capaces de discernir en cada situación, y asumir que quién toma una decisión puede equivocarse.
Su antecesora, María Teresa Lacruz, fue la primera mujer en ocupar este cargo en nuestra provincia. Usted es ya la segunda. ¿Los tiempos en España están cambiando en favor de una igualdad en feudos tradicionalmente ocupados por hombres?
Estamos en una lucha por la visibilidad de la mujer. En determinadas carreras universitarias superan en porcentaje al número de hombres, pero cuando analizas los datos en el resto de escalas… a medida que subes ese desarrollo no es proporcional. El colectivo femenino ha trabajo muy duro en la administración. Hemos de conseguir que cuando lleguemos a niveles masculinizados, podamos desarrollar exactamente igual nuestro trabajo. Para eso es fundamental conciliar vida familiar y laboral. Respecto a la violencia de machista, tenemos un problema muy grande, las cifras hablan por sí solas. Ahora existe una mayor conciencia de la situación. Para ello las políticas de prevención son vitales. A través de ellas hemos de reducir la violencia en el entorno familiar y generar un ambiente de seguridad.
-¿Cómo están siendo estos primeros días de subdelegada?
Muchas reuniones, conociendo gente y descubriendo mi nueva casa y todas sus competencias: el Instituto Nacional de la Seguridad Social, Tráfico, Fomento, Jueces y Fiscales, Agencia Tributaria, Catastro… Todas ellas cuentan con áreas de niveles profesionales de alta cualificación. He tenido que estudiar en mi tiempo libre para ponerme al día con temas que hasta ahora no conocía en profundidad. Los devenires políticos no han paralizado el trabajo diario de la institución. Los trabajadores de la subdelegación han seguido adelante con sus tareas. Una de mis prioridades ha sido conocer las diferentes obras, tráfico, siniestralidad y planteamientos futuros de las carreteras oscenses.
-Su relación profesional va a ser continua con Guardia Civil y Policía Nacional. ¿Por qué cree que son desde hace lustros dos de los cuerpos más valorados por la sociedad española?
Los ciudadanos cada día demostramos sentirnos orgullosos de la labor que desempeñan, tanto en el día a día, como en momentos puntuales cuando se producen desastres naturales, rescates en montaña… Su actividad no puede suplir el civismo; el respeto y la educación son fundamentales. Como subdelegada voy a estar en continua relación con las fuerzas de seguridad del Estado. Una buena sintonía permite reducir la posibilidad de cometer errores.
-En Huesca se producen 22,3 infracciones penales por cada mil habitantes, mientras que la media de España es de 42. ¿Las matemáticas se lo ponen difícil para empezar?
Afortunadamente vivimos en una provincia una tasa de siniestralidad y de delitos bastante bajos. Esas cifras siempre se pueden mejorar, pero siendo conscientes que el error cero no existe. Entre esos dos límites nos hemos de mover y lograr que el ciudadano se sienta seguro. El conflicto social entre particulares no es nuestra seña de identidad. Somos pacíficos.
-En su discurso de proclamación abordó el tema de la despoblación. ¿De qué manera afecta a su responsabilidad este problema provincial…?
Voy a trasladar a Madrid las necesidades de nuestra provincia. Para frenar la despoblación hemos de conseguir una legislación vinculada a las particularidades de cada territorio. Los pueblos necesitan más capacidad de autogestión, eliminar el techo de gasto y normalizar la situación una vez hemos salido de la crisis, para así poder usar estos fondos de manera ordenada y fijar la población. Los servicios son fundamentales para hallar un equilibrio que nos permita compatibilizar el trabajo con la vida en los pueblos.
-Hasta ahora hemos conocido a una Isabel Blasco muy activa en redes sociales. ¿Va a continuar siéndolo?
Tengo muy poco tiempo libre, y el poco del que dispongo lo utilizo para estudiar. Pero es cierto que me gusta utilizar las redes sociales. Es una vía de normalización, puedo ser subdelegada y poner allí mis aspiraciones individuales o aquellas cosas que me gustan, como por ejemplo los zapatos, sobre todos los de tacón (sonríe). Es una manera de dar visibilidad al entorno femenino y normalizar nuestra presencia… Me conocen en la mayoría de zapaterías de los alrededores de Monzón. Soy fiel al comercio de proximidad y cercanía.
-Lo que desee para concluir…
Tras el nombramiento como subdelegada mucha gente de mi entorno me ha felicitado. Siempre he estado muy integrada en Monzón y si por ejemplo una asociación de un barrio me ha llamado para dar una charla allí he estado. Además, por mi trabajo en el centro de salud soy una persona bastante conocida. A pesar de que ahora no ejerza como médico, nunca dejaré de serlo, y cuando termine este ciclo en las instituciones tomaré el camino de vuelta y recuperaré mi antiguo puesto.