Laura Lanuza es responsable de comunicación de Proativa Open Arms, una organización con apenas dos años de vida cuya principal misión es rescatar del mar a los refugiados que llegan a las costas europeas. Esta montisonense ha estado vinculada a este proyecto como voluntaria desde sus orígenes. A través de él ha vivido experiencias únicas que le han servido para ver la vida desde otro prisma.
El pasado mes de noviembre pudimos ver a Laura en el programa “Héroes Invisibles” de Televisión Española. Desde un barco en el Mediterráneo central explicaba a cámara cual era la importante misión llevada a cabo junto a otros voluntarios. Unas historias escalofriantes, impropias del siglo XXI, en las que la diferencia entre la vida y la muerte penden de un hilo. “Somos unos privilegiados por haber nacido en Europa. A unos cientos de kilómetros de nuestro país están ocurriendo auténticas tragedias. Si conoces esta realidad y no haces nada… cómplice», asevera.
Para conocer mejor esta historia hemos de remontarnos al 2 de septiembre de 2015, cuando Aylan, un niño kurdo de tres años apareció ahogado en una playa de Turquía. Las fotos de su cadáver dieron la vuelta al mundo y tocaron la fibra sensible de muchas personas. Una de ellas, el catalán Óscar Camps, decidió ponerse manos a la obra y pasar a la acción. “Me unía con él una buena amistad y desde el principio me impliqué en sus andanzas. Cuando llegó a Lesbos (Grecia) el panorama era desolador, nada que ver con lo que nos llegaba a través de los medios de comunicación”.
Esos fueron los inicios de Proactiva Open Arms, un proyecto que en apenas dos años ha logrado salvar de una muerte segura a cerca de 58.000 personas. Desde esos primeros momentos, Laura fue la encargada de dar visibilidad a lo sucedido. “El gran cambio se produjo a raíz del gran naufragio en aguas del Egeo con trescientas personas a la deriva. Éramos los únicos en la zona que acudimos en su ayuda. Con apenas un par de motos de agua y una barca, se lograron salvar cientos de vidas”. Los teléfonos empezaron a sonar, los periodistas se hicieron eco de lo sucedido, y la recién creada ONG comenzó a cobrar relevancia en todo el globo terráqueo. “A través de un crowfunding llegó algo de dinero. Los medios de comunicación de diferentes países nos entrevistaban. Fue a partir de ese día cuando comencé a ejercer como jefa de prensa de la fundación”.
Las redes sociales son la principal arma con la que Laura combate la desinformación.
A través de ellas denuncia la falta de ayudas a estos refugiados, la escasa implicación de los gobiernos y otras organizaciones… Por WhatsApp se mantiene en contacto con los grupos de voluntarios, recibe fotos, videos e información que luego canaliza a través de la red. Además de ese trabajo también ha viajado como voluntaria en varias ocasiones. “Hacemos turnos de 15 días con grupos de una veintena de voluntarios (médicos, enfermeros, socorristas…). El impacto físico y emocional de la situación es tremendo. Cuando vuelves a España todo te parece banal y te das cuenta que en nuestro día a día nos preocupamos por nimiedades”.
En los últimos meses la actividad se ha ampliado al Mediterráneo central con un barco de rescate y salvamento en el mar frente a las costas de Libia.
La organización sigue funcionando gracias a las aportaciones privadas y al apoyo de los voluntarios que desinteresadamente se ponen a disposición de la organización. Hablamos de víctimas de terrorismo, malos tratos, violaciones; refugiados cuya única salida es intentar escapar a través del mar. Aun sabiendo que les puede costar la vida. “Hay grupos a ambos lados (África y Europa) organizando los viajes y cobrando mucho dinero por un trayecto hacia una muerte casi segura. La mayoría de ellos no saben nadar, no llevan chalecos salvavidas. Si caen al agua es su final. Cuando los localizamos a la deriva en medio del mar y vemos a familias enteras, mujeres y niños, sientes una sensación indescriptible. Personas de las más diversas nacionalidades unidos por un único sueño: encontrar en Europa un futuro”.
En España la ONG se dio a conocer de forma masiva gracias a Jordi Évole. El presentador y guionista de televisión realizó una película – documental. En ella se contaba la historia de Astral, un velero de lujo de treinta metros que su dueño decidió ceder a Proactiva Open Arms. “El programa abrió la temporada y contó con una gran repercusión. Gracias a ello recibimos muchas donaciones y peticiones de voluntariado. Jordi estuvo varios días en el barco viendo en primera persona como trabajábamos y desde el principio sintió amor a primera vista por el proyecto. En cada expedición contamos con uno o dos periodistas a bordo. Es importante que vean lo que sucede y luego puedan transmitirlo”.
Laura se define como una persona muy apasionada y esta experiencia le permite transmitir esos valores a su hijo en una sociedad con una gran crisis de humanidad. “He encontrado mi lugar en el mundo”. En la editorial Blume de Barcelona, donde trabaja actualmente, es la encargada de las redes sociales, aunque asegura que: “estos dos últimos años han sido un máster acelerado. En cualquier momento puede haber una novedad. Entonces dejó inmediatamente lo que estoy haciendo e informo a través de nuestros perfiles oficiales. En esta lucha no te puedes permitir un día de vacaciones”, concluye.