A sus 17 años, Èlia Martínez Estela, ya puede incluir en su currículum que es una investigadora. Así lo corrobora el trabajo premiado, con un tercer puesto, en la XV edición del Premio PRBB de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida de la Universidad Pompeu Fabra y el Parc de Recerca Biomédica de Barcelona (PRBB). Èlia se decantó por un estudio de plagas en cultivos agrícolas con la ayuda de la biología molecular.
Su interés por la biología, está estudiando el Bachillerato científico en Lérida, le condujo hasta la página de la Universidad de Lérida que ofrecía apoyo si alguien quería realizar algún trabajo sobre plagas en el sector agrario. Este contacto con la universidad y su determinación le llevó a enfrascarse en un estudio sobre un insecto, el “Hypera Postica” y de ahí a presentarlo a los premios PRBB, obteniendo un meritorio tercer premio. Sorprendiendo, además de por el completo estudio realizado proveniente de esta zona -hacía años que no se presentaba ningún participante de fuera de Barcelona-, que fuese un estudio individual, ya que suele ser habitual en grupo, o el amplio trabajo de campo realizado que ha abarcado el Valle del Ebro.
El desparpajo y precisión con que explica Èlia todo el proceso realizado no deja ninguna duda que, pese a su juventud, tiene unas cualidades innatas tanto para la investigación como para la comunicación. No cabe duda que la genética también le ayuda: es nieta de nuestro amigo y referente periodístico en Monzón, Antonio Martínez; sus padres se dedican a la investigación.
A lo largo del desarrollo del trabajo, Èlia ha estado apoyada desde la Universidad, tanto a nivel técnico con la disponibilidad del laboratorio, como en material y recursos a la hora de utilizar, por ejemplo, PCR’s -siglas en inglés de “Reacción en Cadena de la Polimerasa”-… ¿les suenan? Para nosotros desconocidos hasta hace unas pocas semanas; ahora forman parte del leguaje común y propio de la pandemia que estamos sufriendo.
Fundamental ha sido también la implicación de agricultores y alguna empresa como NAFOSA (con sede en Esplús e instalaciones en el polígono de la Armentera de Monzón), con mención especial para Antonio Sopena, técnico de la citada empresa: “El estudio es importante para el sector productivo de la alfalfa, ya que esta plaga, “Hypera Postica”, se ha convertido en uno de los principales problemas fitosanitarios del cultivo que puede llegar a causar pérdidas económicas muy grandes”, nos resume Èlia. Atrás quedan cientos de horas de estudio analizando el ADN del “bicho”, además del trabajo realizado en campo, principalmente, en Monzón y su entorno. Todo ello para conseguir el desarrollo de un proyecto que ha logrado aportar soluciones para combatir esa plaga utilizando menos sulfatos. La alumna aplicada andaba por un terreno que conoce muy bien: “Aunque vivo en Lérida, mi padre es de Monzón y mis abuelos y muchos familiares viven allí, por lo que suelo ir mucho. En especial en vacaciones escolares durante el curso y el verano. Así que el año pasado en los meses de julio y agosto intensifiqué el trabajo de campo al ser una zona de referencia en el cultivo de la alfalfa”.
Èlia Martínez se muestra satisfecha del trabajo realizado; no es para menos. Ahora barrunta una decisión a la que dedica no pocas cavilaciones. La rama de Ciencias es el lugar exacto para persistir en su formación; en estos momentos Farmacia es la carrera que más le seduce. Más allá de la facultad por la que finalmente resuelva su futuro, la joven, con gen montisonense, apunta maneras y no pocas. En todo caso, siempre le quedará el periodismo y las excelsas lecciones del abuelo Antonio.