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miércoles, 19 marzo, 2025

“No hay una sangría igual en España”

Víctor Clavería, natural de Almunia de San Juan, es el “alma mater” de un proyecto iniciado en el año 2013 y que desde entonces no ha parado de crecer. Este pasado verano, una de sus creaciones la sangría “Cabecita Loca”, consiguió la medalla de oro en el único concurso internacional en España de bebidas con base de vino: “Convino 2018”. Un reconocimiento que espera le permita comenzar a exportar a un mercado tan importante como el estadounidense.

Vino, vermut, sangría y muy pronto ginebra son algunos de los productos que tienen cabida en Binomio: el sueño de Víctor Clavería convertido en realidad. Después de ocho años trabajando como asesor fiscal y como miembro del equipo financiero de varias empresas en Cataluña, decidió que no era lo suyo. “Me fui a Zaragoza e hice unos cursos relacionados con el vino. A raíz de todo esto me fui a estudiar a Logroño donde realicé un grado superior en enología y después varios cursos especializados en la universidad”, explica. El vino siempre había sido su hobby, pero decidió ser valiente, dar un paso al frente y convertirlo en su modelo de vida. Actualmente compagina su trabajo en Binomio con sus labores en una pequeña bodega del Somontano.

Hace un par de años decidió ampliar su gama de productos y apostar por la sangría como uno de sus referentes, así nació “Cabecita Loca”. Una bebida de 8,5% vol. obtenida mediante vino tinto madurado en roble francés, mosto de uva, zumo natural de cítricos mediterráneos, canela en rama y vainas de vainilla. “No hay una sangría igual en España. A nivel de elaboración es la única que se realiza bajo un sello de artesanía alimentaria. No utilizamos azúcares (lo sustituyen por mosto de uva) y en todos los elementos empleados prima la calidad”.

Durante el último año han vendido aproximadamente diez mil botellas, cifras que esperan aumentar en un futuro cercano. El premio conseguido en el concurso internacional de Bebidas con Base de Vino “Convino” 2018 les está dando un empujón en cuanto a su expansión. “Vendemos mucho en la zona costera, Barcelona y Levante; también en el Pirineo… en definitiva, donde hay turismo. También hemos logrado exportar a países como Francia, Alemania, Irlanda o Andorra. Ahora intentamos vender en Estados Unidos, donde hay un mercado muy importante. El año pasado el cóctel más buscado en Google USA fue “Sangría”. Entrar allí sería un salto enorme”. El precio de una botella de “Cabecita Loca” ronda los diez euros, mientras que su hermana “Charanga” cuesta en torno a los siete.

ORÍGENES

Clavería-Barrabés Viticultores fue el punto de partida de esta aventura y cuya sede está ubicada en Almunia de San Juan. Como peculiaridad destacar que esta pequeña bodega realiza las fermentaciones en tinajas de barro, para después continuar la crianza en barrica de maderas. “Volvemos a los orígenes. No es habitual hacerlo así. Recreamos la forma de elaboración de antaño con los conocimientos enológicos de hoy en día”, explica Clavería. La producción ronda las dos mil botellas entre vino tinto y blanco, bajo la denominación: “Zinca”. Unos caldos realizados a partir de viñedos del entorno de Almunia de San Juan y del Somontano y que Víctor supervisa personalmente. En su búsqueda de la diferenciación dentro del mercado ha creado “Retorno”, un vino sin sulfitos añadidos. Además cuenta con el certificado V-Label otorgado por la Unión Europea de Veganos (libre de clarificantes proteicos animales ni organismos modificados genéticamente).

Para complementar el negocio, el siguiente paso fue la apertura de una tienda en la ciudad de Monzón: Arraigo Vinoteca. Un pequeño local situado en la Plaza Aragón, justo al lado del Restaurante Piscis. Allí venden sus productos y dan visibilidad a la marca. “La gente viene predispuesta a que les enseñes, prueban el producto y si les gusta te recomiendan. Es una forma de darse a conocer”. En el proyecto encontramos un pilar fundamental para poder llegar a buen puerto. Se trata de Isabel Nieves, esposa de Víctor, y cuya principal función es la gestión contable y la atención al cliente. “En momentos puntuales nos ayudan otras personas para realizar labores tanto en el campo, como en la bodega”, explican. Cuando echa la vista atrás recuerda el sacrificio importante de toda la familia y las complicaciones vividas durante los primeros años. “Rompes con todo. Pasas de cobrar un sueldo a tener que gastar tus ahorros para hacer realidad un sueño. Además las administraciones no te lo ponen sencillo… En otros países existen mayores facilidades para emprender un negocio. A pesar de todo esto, estoy contento porque hago lo que me gusta y me siento realizado”.

Dentro de la diversificación, en los últimos meses se ha decidido a embotellar su propio vermut, elaborado según el estilo tradicional sobre una base de vino blanco de calidad. Para final de año también quiere lanzar al mercado una ginebra. “Hay que hacer muchas pruebas hasta conseguir lo que buscas. En este país se consume cada vez menos vino. En los últimos 15 años es donde más ha descendido el consumo y eso es preocupante. Por ejemplo con la sangría buscamos elaborar bebidas con menor graduación para poder captar a los que no les gusta el vino”.  Ahora el presente pasa por seguir abriendo mercados, consolidar sus nuevos productos y crecer poco a poco en cuanto a producción, pero siempre manteniendo el sello artesano que les distingue; mantenerse firme en sus orígenes.

 

 

 

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