El pasado mes de abril, Araceli Vilalta puso en marcha un nuevo negocio en Monzón, concretamente en la calle Santa Bárbara, número 28. Un local cuya principal peculiaridad es la venta de diversos artículos a granel, desde alimentos hasta otros productos ecológicos. Realizando una apuesta por el respeto al medio ambiente y por el género de la zona.
En el centro de Monzón, en una ubicación privilegiada, encontramos un pequeño local plagado de una selección de productos muy diferentes de lo que podemos comprar en los grandes supermercados. “Naturalmente” aúna el esfuerzo de impulsar una iniciativa con la que ganarse la vida y a la vez poder contribuir a la conservación del medio ambiente. “Queríamos poner en marcha un negocio, pero no teníamos muy claro cuál iba a ser el enfoque que le íbamos a dar. En casa siempre hemos estado muy vinculados a lo ecológico y finalmente nos decidimos por la venta a granel y la apuesta por productos artesanos, que tanto en cosmética como en alimentación son en su gran mayoría de Monzón y su entorno”, explica Araceli Vilalta, impulsora del proyecto.
En sus estanterías podemos encontrar desde alimentos sin gluten, cepillos de dientes de bambú, incienso, velas, jabones veganos, mieles, quesos, café en grano, especias, cosmética, macarrones, frutos secos, artículos de higiene… “Una de los principales aspectos que nos diferencia es que vendemos a granel. Queremos incentivar a nuestros clientes a no utilizar tanto plástico. Por ejemplo si traen de casa un tarro de cristal o una bolsita le ponemos allí la cantidad que deseen adquirir”, indica. También disponen de género tan variado como un desmaquillador de tela reutilizable, compresas de tela, pajitas de bambú o el denominado “Binchotan”, un filtro de carbón activo que se coloca unas horas en el agua y reduce el cloro, equilibra el pH, mineraliza y elimina el mal sabor.
“Poco a poco la gente se va concienciando en el objetivo de cuidar el medio ambiente. El planeta tierra nos lo pide a gritos y tiene que ser ya”, relatan desde “Naturalmente”, mientras recuerdan que entre sus clientes se encuentra gente de diferentes generaciones. En muchos casos personas que huyen de productos procesados y confían en otros más naturales realizados como antaño. “Algunos de nuestros artículos pueden resultar un poco más caro, pero también son más saludables y la diferencia no es significativa. Incluso en algunos casos como la pasta o las especias somos más competitivos en precio que los grandes almacenes”.
Camino de cumplir su primer medio año de actividad, todavía están en una fase de aprendizaje, de escuchar sugerencias, dar consejos e intentar aportar soluciones a unos clientes que poco a poco van creciendo en número. “Desde aquí queremos aportar nuestro granito de arena, ofrecer alternativas y evitar que se generen tantos residuos. La globalización nos ha llevado a la industrialización y al interés económico. Para que algunos productos lleguen a todo el mundo tienen que ser baratos y para ello lo que hacen es bajar la calidad. A veces ya no sabes ni que estás comiendo”, concluye con voz de preocupación.