El futbolista andorrano, hijo de padres portugueses, ha completado su decimotercera temporada consecutiva vistiendo la camiseta rojiblanca. En el último partido liguero, el capitán montisonense fue homenajeado en el Isidro Calderón por sus cien internacionalidades con la selección de Andorra. Marcio es también el coordinador de la Escuela River Monzón y del Fútbol Base Monzón, un intenso trabajo durante los últimos años que ha servido para que la cantera de la capital mediocinqueña esté en uno de sus mejores momentos a nivel autonómico.
En su pasaporte podemos comprobar que el próximo mes de octubre cumplirá 37 años, pero tranquilos, todavía tiene gasolina al menos para una temporada más de fútbol en sus pies. El documento también detalla que Marcio posee la doble nacionalidad (andorrana y portuguesa). Lo que allí no refleja es que desde hace un tiempo se ha convertido en un montisonense de adopción, rojiblanco de los pies a la cabeza y muy querido por todos aquellos que han tenido la oportunidad de cruzarse en su camino desde que llegó a tierras mediocinqueñas en el año 2008.
En lo futbolístico no ha sido una campaña sencilla para su equipo, el Atlético Monzón, que hasta el final no selló la permanencia en la categoría. “Ha sido una temporada difícil en todos los sentidos. La pandemia lo ha condicionado todo, partidos sin públicos, el sistema de competición con hasta ocho descensos, pruebas de antígenos todas las semanas… Finalmente en la penúltima jornada logramos sellar la salvación y además lo hicimos con un gol en el descuento del juvenil Samitier, un chico de la cantera, lo que supuso una alegría por partida doble”, explica.
El veterano futbolista respalda el trabajo que ha realizado el equipo, que en la primera fase se quedó muy cerca de clasificarse para el grupo por el play off de ascenso y que finalmente le tocó sufrir más de la cuenta para no perder la categoría. “Tenemos una buena base, con siete u ocho jugadores de la casa, ahora hay que tener paciencia y apostar por ellos. Estamos lejos de Zaragoza, que es donde están la mayoría de jugadores (cantidad y calidad); en esta zona somos muchos equipos para los futbolistas disponibles y es muy importante trabajar con los jóvenes del Fútbol Base para que el día de mañana puedan formar parte del primer equipo”, analiza el capitán del equipo, que con esta ha completado trece temporadas en las filas del Atlético Monzón.
Una institución dentro del club
Marcio llegó a tierras mediocinqueñas procedente del CD Teruel, lo que en principio iba a ser una aventura efímera se ha convertido en un matrimonio de altos vuelos. “He jugado con el Monzón play off de ascenso a Segunda B, sufrido descensos y celebrado ascensos… me quedo con todos los buenos momentos vividos, que son muchos”. Respecto al futuro afirma que “mi retirada está próxima y lo más realista sería colgar las botas en el Atlético Monzón. Con la edad que tengo estoy contento con el rendimiento que he dado, lo que me reafirma a seguir por lo menos un año más, después ya veremos. Ahora necesito desconectar, coger fuerzas para el próximo curso”. Respectoal fútbol baseya ha llegado a un acuerdo para continuar coordinando los diferentes equipos. “Lo más positivo es la relación con entrenadores, padres, niños… las alegrías de cada fin de semana, ver como algunos chavales han fichado por canteras de equipos importantes como Real Madrid o Villarreal, y otros que comenzaron en el River siendo unos niños y han llegado a jugar conmigo en Tercera División”.
Un futuro ligado al fútbol
Una vez se termine su carrera como jugador, su objetivo es seguir vinculado al mundo del balompié y para ello baraja diversas opciones, en principio en tierras portuguesas, donde reside su mujer. “Tengo varios proyectos en mente, desde crear una escuela junto a un familiar, realizar labores de ojeador para algún club, seguir trabajando con la cantera… lo que sea, pero relacionado con el fútbol”, asegura.
Selección de Andorra
Durante su trayectoria futbolística, Marcio Viera ha sido un fijo en la selección andorrana. El pasado 17 de noviembre de 2020 en un encuentro de la Liga de las Naciones de la UEFA que le enfrentaba a Letonia, cumplió las cien internacionalidades, una cifra de la que solo unos pocos pueden presumir. “Era inimaginable cuando me convocaron el primer día en 2005, con poco más de veinte años. La semana que cumplí los cien partidos empecé a valorar lo que significaba. En toda la historia del fútbol internacional apenas 500 jugadores de todo el mundo han llegado a esta cifra y me siento muy orgulloso por ello”, recalca.
En numerosas ocasiones los partidos con Andorra le han impedido jugar con el Atlético Monzón. Precisamente hace unas semanas se dio esa circunstancia, pero debido a la importancia del duelo de su club frente al Almudévar, con una permanencia en juego, decidió buscar una solución. “Hable con el seleccionador Koldo Álvarez y me liberó del duelo frente a Gibraltar para poder estar con mis compañeros. Finalmente logramos sellar el objetivo y el esfuerzo de todo el equipo mereció la pena”.
Grandes jugadores y estadios
Old Trafford, Wembley o Saint Denis son algunos de los campos en los que nuestro protagonista ha podido jugar. Decenas de viajes por toda Europa defendiendo los colores de su país y anécdotas de lo más variopintas. Recuerda con especial cariño cuando jugaron contra Portugal. Por un lado, se reencontró con el guardameta Beto, con el que coincidió cuando jugó en tierras lusas y, por otro lado, debido a que pudo compartir charla con uno de los mejores jugadores del planeta, Cristiano Ronaldo, con el que intercambió la camiseta al final del partido. “Fue un día para el recuerdo. No tiene nada que ver el futbolista que destaca sobre el terreno de juego, con el que hay detrás de las cámaras. Se mostró muy humilde, cercano y en todo momento demostró detalles con sus rivales”, concluye un jugador que ya es historia del Atlético Monzón, y lo más importante se ha ganado el respeto futbolístico y personal de compañeros y rivales.