El montisonense Christopher García es un apasionado de las artes marciales y concretamente del hapkido, una disciplina enfocada hacia la defensa personal militar y civil. En su historial podemos destacar varias medallas en los campeonatos de España y una participación en los de Europa. A partir de este mes impartirá sus enseñanzas en Zona Sport Monzón, tanto a adultos como a niños.
A pesar de ser un deporte poco conocido y con pocos practicantes en nuestra comunidad autónoma, el hapkido es uno de las más complejas artes marciales, y cuenta con numerosos seguidores por todo el mundo. Christopher García se enamoró de él a través de su padre que le fue enseñando nociones básicas. Después, y tras ver una exhibición en Monzón, se apuntó a clases y comenzó su idilio con esta disciplina. “Es un deporte de contacto, pero la fuerza física no es lo más importante. Hay que ser muy disciplinado, conocer las técnicas y automatizarlas a base de repeticiones para luego poderlas aplicar de la forma más eficaz posible”.
En el palmarés de Christopher encontramos dos medallas conseguidas en los campeonatos de España de su categoría, un bronce en el año 2014 y una plata en el 2015. Además cuenta con la titulación de instructor Oficial de la Hamnijok Hapkido Federation y con el 1ª Dan cinturón negro (se está preparando para conseguir el 2º). “Acudo al menos una vez al mes a Murcia para visitar al Gran Maestro Lee. Durante varios días entreno y me preparo para pasar un examen tanto teórico como físico que me permita continuar mi progresión y obtener el siguiente Dan”, señala.
Además de seguir compitiendo, actualmente quiere seguir vinculado a este deporte a través de la enseñanza de sus conocimientos. Christopher nos enumera los beneficios que tiene el hapkido para los niños: “mejora la autoconfianza y seguridad en sí mismos, aumenta la concentración, enseña a respetar las normas y les inculca valores como el de la honradez, el amor al prójimo, la lealtad o la humildad. Es ideal para niños con baja autoestima, de gran ayuda para hiperactivos y una buena forma de canalizar la energía negativa”.
Nuestro protagonista lleva un tiempo trazando un plan que le permita convertir este arte marcial en su forma de vida, aunque hace unos meses, una araña muy cerca estuvo de arrancarle ese sueño. “Lo que al principio me pareció una tontería se convirtió en algo muy serio. Estaba entrenando en la fuente del Saso de Monzón justo antes del Campeonato de España y noté un picotazo. Al principio no le di importancia, incluso viajé poco después hasta la sede donde se disputaba la prueba, y tras ver a un médico que le quitó importancia al asunto decidí participar. Incluso gané el primer combate, pero apenas podía mover el brazo y las sensaciones eran muy malas. Tras quedar eliminado en segunda ronda, me vio otro médico y enseguida me alertó de la situación”. Christopher tuvo que ser intervenido de urgencia y estuvo durante aproximadamente un mes ingresado en el hospital. Por suerte no le han quedado secuelas y puede seguir realizando lo que más le gusta.
Después de superar esta situación y tras embarcarse en este nuevo proyecto se siente muy ilusionado: “me gustaría preparar un grupo de chavales y llevarlos a competir”, explica. Este montisonense de 23 años ha adquirido una furgoneta y 40 metros cuadrados de tatami para poder desplazarse a otras localidades para impartir esta disciplina al mayor número de personas posibles. Además de hapkido, en Zona Sport Monzón también va a dar clases de defensa personal a mujeres, para que estas sepan responder a un intento de agresión. Tampoco quiere dejar de lado la competición, que prepara de forma concienzuda para volver a final de año al Campeonato de España y sacarse la espina que tiene clavada desde la anterior edición. “Esta vez quiero volver e intentar lograr la medalla de oro”, concluye.