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miércoles, 19 marzo, 2025

Llega Mont-rodón ¿Y yo qué me pongo?

El homenaje a Montrodón es uno de los eventos culturales y comerciales marcados en el calendario en la ciudad de Monzón. Una fiesta que ha evolucionado mucho en los últimos años gracias al impulso municipal y también a la participación de los montisonenses que han visto las potencialidades de este evento. Entre las claves de mejora está la indumentaria, el vestirse de medieval, ¿quién podría pensar que el avance en la vestimenta de Montordón está muy vinculado al crecimiento exponencial de esta fiesta?

A lo largo de toda España hay muchas fiestas en las que las recreaciones medievales se multiplican. De ahí el incremento de grupos de actores o de especialistas que estudian y trabajan en torno a una temática histórica que se desarrolla a modo de historia paralela a todo aquello que aconteció en un momento del pasado reciente o aquel más alejado. En el caso de Monzón, la historia está servida, hablamos de esa época medieval tan fausta para los amantes de la recreación puesto que la Orden del Temple, los castillos, las armaduras y las damas de postín son elementos imprescindibles para el éxito. Walt Disney se valió de mucha de la historia que se inventaba en castillos como el montisonense para crear sus primeras películas de héroes, villanos y princesas. La realidad se aleja bastante de esta fantasía, pero es cierto que en el imaginario colectivo ha calado hondo.

Para los organizadores de estas fiestas medievales y ferias es importante crear una ambientación única en la que participa un “atrezo” que lleva al siglo XXI elementos medievales con nuevos materiales pero que copian armas, enseres y también vestuario. En la base de toda recreación está el hacerse con un guardarropa ajustado a la época, en el caso de Montrodón, en el año 1.200, en pleno siglo XIII. El afán de los organizadores y colaboradores es hacerlo con rigor para que los que nutran la fiesta, los montisonenses, interioricen que es “vestirse” de medieval no disfrazarse como ocurre en otras épocas del año. Una conciencia que se ha ido modificando con el paso de los años y en el avance de las ediciones de esta fiesta que va creciendo a velocidad de crucero como apuntan algunos, y que sigue un poco estancada a la espera de dar el salto, para otros. Sin duda la vestimenta forma parte de todo lo que envuelven momentos históricos y también turísticos como la nueva Encomienda, los pasajes y vida del maestre Guillem de Montrodón o los Templarios de Monzón. Prueba de ello es la página web que se habilitaba por parte del Ayuntamiento de Monzón, www.monzontemplario.com, en la que se dan reseñas históricas, pero también se explica la indumentaria que existía en la época, ya no hay excusas para no saber qué ponerse.

Precisamente, esa fue la razón por la que la tienda local, Detalles, decidiera ponerse en cabeza a la hora de traer a Monzón vestimentas medievales, de eso ya hace 15 años, viendo la necesidad de dar apoyo logístico a una fiesta que iba creciendo poco a poco. La actual propietaria, Bárbara Juvero, así nos lo explica mientras nos abre su “atelier” donde obra la magia con decenas de vestidos colgados, ordenados, etiquetados y listo para usar. “Aquí podéis encontrar trajes de todo tipo para toda la familia, intentamos ponerlo fácil para que la gente se pueda vestir y no tenga la excusa de que no encuentra o no tienen en Monzón lo necesario para asistir a la fiesta”, añade Bárbara que recuerda con mucho cariño el inicio de esta andadura con su madre a la cabeza, una pequeña tienda, y vestidos por catálogo de un proveedor de Teruel, “de los pocos que había en España”.

“Nuestro abanico ahora mismo es muy variado, tratamos de traer ropa y accesorios para todos los bolsillos intentando ceñirnos a la moda de la época, pero siendo conscientes de que en el día de hoy la gente se viste para salir, disfrutar, estar en las jaimas… Hay que ser algo flexibles”, añade Bárbara que entiende que vestirse de medieval para los monzoneros es un elemento más de ese fin de semana. Ya se va notando que cada vez son más los que acuden, año tras año, a su tienda para ir completando el atuendo que puede ir de dos prendas básicas a una propuesta completa de unas nueve piezas para él y que en el caso de las féminas podría superar la decena según modas, gustos y clase social. “En la actualidad tenemos prendas desde 35 euros que, si se completa con otra, pueden crear un vestuario básico por unos 70 euros. De ahí para arriba, dependiendo de las capas que vayamos poniendo y de lo que vayamos vestidos, no es lo mismo ir de pueblo llano que de noble. Podemos tener vestidos completos por unos 150 euros, un precio parecido a lo que nos podemos gastar para ir a una boda y éste lo podemos reciclar año a año”, nos explica Juvero mientras nos enseña todas las posibilidades, hay cientos, todo depende de lo que desee el cliente y las habilidades para darle un toque diferente gracias a complementos como cinturones o cintas para el pelo. Para los que quieran probar antes de comprar, Detalles también nos ofrece la posibilidad de alquilar un traje por unos 25 euros todo el fin de semana. Un consejo, id con tiempo, porque también se acaban.

La moda medieval permite el uso de piezas de algodón y linos, materiales de la época, en colores muy básicos como azules, granates (el rey entre las solicitudes) y este año llega el verde oscuro como tendencia. En el caso de los hombres el atuendo templario es uno de los más solicitados, con la sobrecota con la cruz templaria, sobre la gonela, camisa o brial. Las posibilidades son ilimitadas. “Una de las cosas que más cuesta es el llevar tapada la cabeza, en la época no se llevaba la cabeza descubierta por motivos de higiene y también por temas culturales, y es una cosa de las que más cuesta”, añade Bárbara que también tiene una variada exposición de cofias, capuchas y capiellos para ellos y en el caso de ellas; tocas, velos y guirnaldas.

RIGOR Y ESFUERZO

El otro lado de la moneda son los atuendos recreacionistas. En Monzón cuentan con grupos como Trotamundos Teatro con la copia adaptada de Guillem de Montrodón encarnada en José Manuel Baena. Él y su grupo de compañeros son los que dan vida y traen al presente historias y personajes del pasado. Para ello deben recrear a la perfección uno de los elementos que más cuidan, sus ropas, la super- posición de capas de ropas de algodón que sirven a modo de ropa interior, los ropajes que son la antesala de los vestidos anchos y sin apenas formas, de líneas rectas, que se ciñen al cuerpo con cintos o cuerdas. A ellos, los que llevan años haciéndolo, vestirse no les cuesta nada, unos 15 minutos, en los que se afanan en atar con cuerdas, estirar cordones o arreglar piezas para que todo encaje. En el caso de los templarios hay que sumarles la cota de malla, los cascos, armaduras y espadas de pesados materiales que deben portar en las escenas recreadas.

Muchos son los truquillos de estos hombres y mujeres. Para ellas; prendas de materiales frescos, con capas finas, para no pasar calor, escoger el patrón que más se aviene a las necesidades de la recreación y del actor es un factor importante a la hora de trabajar, no hay que olvidar que están recreando. Maquillajes neutros, “lo justo para salir bienen las fotos”, pelos cubiertos y recogidos sin estridencias, uñas sin pintar y si son del pueblo llano los ropajes van arrugados y manchados con cacao para simular el barro, la porquería, que no impide que las manchas salgan a la perfección en la lavadora, (ya les hubiera gustado a las mujeres y hombres del medievo). Ellos que acuden a la lucha manchan rostros y manos y simulan el sudor con aceite para bebés, algo inocuo, que permite enseñar lo duro que es acudir a una justa del siglo XXI.

Recreadores como lo son también Héroes Legendarios que portan materiales similares a los de la época, de todas clases, desde armas, herramientas hasta los platos y cucharas de madera, el hierro, la cuerda y la piedra. En este caso el coste lo asumen los propios grupos o incluso los actores a título individual, costes elevados como nos aseguran desde Trotamundos Teatro puesto que la ropa y calzado se realizan muchas veces por encargo y a medida del actor o actriz lo que supone una inversión extra.

Sin duda la frase hecha de que el hábito hace al monje se hace muy palpable en una fiesta que crece sin parar en Monzón en una edición, la número XXI, que contará con un récord en el número de jaimas. Para los que viven Montrodón y de Montrodón es una tendencia imparable en la que hay que seguir trabajando, también en la ropa y en el hecho de que todos los que participen de ello vayan vestidos, en la medida de sus posibilidades. Y es que, parafraseando a una grande de la moda, Coco Chanel, “una moda que no llega a la calle no es moda”.

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