El montisonense Joaquín Palacín ostenta desde julio de 2015 el cargo de director general de Ordenación del Territorio del Gobierno de Aragón, dependiente del departamento de Vertebración del Territorio y Vivienda, que preside José Luis Soro. En la presente legislatura, Palacín está desempeñando el cargo de mayor relevancia y responsabilidad de cuantos ha encabezado hasta la fecha. Un cometido de altura para un político vocacional con voluntad de no perpetuarse en el sillón institucional. El coche es su gran aliado en estos tres últimos años. La tarea de recorrer Aragón y conocer de primera mano la realidad desde donde visualizar un futuro mejor forma parte de su quehacer y cavilación diaria. En ese ir y venir, el director general ha comprobado la magnitud de un problema mayor como es la despoblación en el ámbito rural. Esa es la gran asignatura, presente y futura, de su departamento.
-A pesar de su juventud, las responsabilidades políticas no le son ajenas desde hace lustros…
Milito en Chunta Aragonesista desde el año 2003. Antes estuve involucrado en otros proyectos relacionados con la defensa del territorio. Todo ello me acabó llevando a dar el paso a la política. Entre los años 2007 y 2013 fui concejal del Ayuntamiento de Monzón, donde ocupé el cargo de presidente del Patronato de Deportes y de la Institución Ferial. Hasta el año 2011, cuando fui elegido diputado en las Cortes de Aragón, me dediqué profesionalmente a la dirección de empresas de consultoría y servicios medioambientales. En 2015 doy un nuevo paso en mi carrera al ser designado director general de Ordenación del Territorio.
-¿Cómo valora esa transición?
Pasé de la empresa privada a la política, pero tengo claro que este es solo otro periodo de mi vida. No entiendo la política como un fin. Me voy a dedicar un tiempo a ella porque me ha gustado desde que era muy joven y por esa vocación de servicio público. Mi idea no es eternizarme en un cargo, tengo claro que al final de esta legislatura o en la próxima lo dejaré. Es esencial saber retirarse. Además es un trabajo que desgasta mucho.
-¿Cómo se ordena el territorio desde su dirección general?
Nos encargamos de la planificación del Aragón que queremos en los próximos años, siempre desde un desarrollo sostenible. Una tarea muy importante es realizar informes territoriales de todos los proyectos que se llevan adelante en Aragón con vinculación al Gobierno Autonómico. También gestionamos el Instituto Geográfico de Aragón. Además formo parte de diferentes organismos como el consorcio del túnel de Bielsa, la Fundación Transpirenaica, la AECT Portalet… También soy miembro del consejo de administración de Suelo y Vivienda de Aragón, Turismo y de todos los patronatos de los espacios naturales. Todo esto conlleva mucho trabajo e infinidad de horas en el coche viajando de un punto a otro. Me he recorrido todas las comarcas varias veces para trasladar y dar a conocer el trabajo que estamos haciendo, y por otro lado recoger iniciativas de cara a planificar el futuro de Aragón.
-La Directriz Especial de Política Demográfica y contra la Despoblación, ¿es el proyecto principal en la presente legislatura?
Sin ninguna duda, la pérdida de habitantes es uno de los problemas más grandes de Aragón. De él derivan muchos otros. Este es uno de esos mantras que durante muchos años hemos tenido en esta comunidad. Hasta ahora el Gobierno de Aragón no lo había asumido como el centro de sus políticas. A raíz de un proceso participativo, llevado a cabo en diferentes puntos de nuestro territorio, en el que han dado su opinión administraciones, asociaciones y particulares, ha nacido un documento que vamos a empezar a aplicar durante 2018, ya con partidas reales en los presupuestos.
-¿Puede ser demasiado tarde para subsanar la problemática de la despoblación?
Soy optimista en cuanto a darle la vuelta a la situación. En otros sitios han conseguido revertirla, y aquí vamos a trabajar para que a medio y largo plazo nuestro plan se convierta en una realidad. Muchas veces las medidas no son solo económicas, sino también de gestión. La directriz que vamos a poner en marcha actúa en el ámbito poblacional, pero también en la demografía, inmigración, juventud, mujeres, envejecimiento… Aragón tiene todos los parámetros mal, por eso hemos de trabajar en todos los aspectos y buscar un equilibrio.
-Los datos son para echarse a temblar…
Somos la cuarta comunidad autónoma con menor densidad de población, pero si a esas cuatro le quitamos la ciudad más poblada, en este caso Zaragoza, pasamos a liderar ese ranking. Tenemos mucho territorio y poca población, por lo cual es más difícil dar los servicios públicos. Para sacar este proyecto adelante necesitamos la implicación del Gobierno de España y también de Europa. Generar un lobby que nos permita cambiar la política en el próximo periodo de programación de Fondos Europeos es fundamental.
-¿Por dónde pueden pasar las soluciones?
Hay que generar actividad económica y acompañarla de unos servicios adecuados en cuanto a sanidad, servicios sociales y educación. Unas medidas que permitan una calidad de vida equivalente a las ciudades, pero no solo en estos aspectos, sino también en cultura, actividades juveniles, ocio… todo esto acompañado de positivizar el mensaje que se está lanzando respecto a los pueblos. Fomentar el arraigo, seguir mejorando las comunicaciones por carretera, apostar por la rehabilitación de viviendas o promover que las asociaciones hagan actividades para el pueblo. Esta directriz tiene que ser un punto de inflexión y un canto al optimismo. En Europa encontramos territorios que han vivido la misma situación que Aragón como las Highlands en Escocia, y han conseguido subsanar el problema. Sus consejos son que planifiquemos y que todos los agentes del territorio sean conscientes del problema y trabajen juntos. Esos dos aspectos se han conseguido, ahora hay que dar los siguientes pasos. Tenemos buenos mimbres, hemos logrado elaborar un documento único en el Estado español y en Europa. Vamos a aprovecharlo, seamos un ejemplo a seguir y busquemos socios para que otras administraciones superiores nos apoyen.
-¿Cuál es la situación del Cinca Medio?
Es una de las comarcas que mantienen los datos de población en los últimos años. Dentro de la situación general, que no es para tirar cohetes, el Cinca Medio está a la cabeza. Tiene un futuro muy bueno, no solo basado en la industria, también en el sector agrícola. También habría que apostar por la transformación y aprovechar al máximo otros recursos como el Castillo de Monzón y el turismo que podamos atraer. En cuanto a comunicaciones, ya está licitada la obra de la carretera que une Monzón y Fonz. Una demanda de la Comarca desde hacía muchos años, y que desde Gobierno de Aragón hemos asumido como propia. Poco a poco estamos consiguiendo niveles de inversión de antes de la crisis. Tenemos una cantidad increíble de carreteras autonómicas y un grave problema de financiación económica, por eso es necesario priorizar, y este consideramos que era un eje prioritario. Otra de las iniciativas que estamos llevando a cabo es el desarrollo de un mapa del paisaje para la comarca. Estará terminado próximamente. Es una herramienta de conservación y también sirve para buscar el desarrollo a través del turismo.
-En noviembre estrenó el cargo de secretario territorial de CHA-Altoaragón. ¿Qué objetivos persiguen?
Después de obtener un mal resultado en 2015, buscamos mejorar esos datos en las próximas elecciones. Desde el Gobierno de Aragón estamos demostrando que somos capaces de trabajar bien. Creemos en nuestro territorio y afrontamos los problemas de una manera cercana. Hemos conseguido hitos importantes como la reapertura del Canfranc. Esperamos que el ciudadano valore lo que hemos conseguido. Ahora estamos en una fase de recorrer la provincia, hablar con los compañeros, buscar gente e intentar presentar el mayor número posible de listas en el Altoaragón. En las anteriores elecciones me dolió especialmente que Chunta se quedara sin representación municipal en Monzón. Habíamos hecho un buen trabajo, tanto formando parte del equipo de gobierno, como después en la oposición. Ahora es momento de trabajar de una manera constructiva para poder volver al Ayuntamiento.
-Acabamos con dos cuestiones de actualidad en su pueblo. ¿Qué opinión tiene sobre la llegada o no de la planta de biomasa y en cuanto al posible traslado del Sagrado Corazón?
Desde Chunta Aragonesista nuestra posición ha sido clara desde el principio. No compartimos el modelo de la planta de biomasa por diferentes razones: cambiaría la manera de trabajar en la zona, por la cantidad de biomasa que va a necesitar, por el abundante paso de camiones y porque no sabemos si van a generar esos puestos de trabajo que prometieron en su momento. Además de los problemas medioambientales que ello conllevaría. En cuanto al Sagrado Corazón, desde CHA fuimos los primeros en apostar por el traslado. Había un problema estructural y leyendo el Plan Director del Castillo queda bastante claro. Lo que está haciendo el Ayuntamiento nos parece adecuado. Esperamos que en los próximos meses se resuelva.