La empresa mediocinqueña INFOTROL recibió el pasado 20 de junio el reconocimiento a su internacionalización en la gala de los Premios Empresa Huesca 2017, dentro de su duodécima edición, convocado por el Instituto Aragonés de Fomento del Gobierno de Aragón, la Confederación Empresarial de la provincia de Huesca y la Cámara de Comercio e Industria. Un premio que viene a subrayar una trayectoria digna de ser conocida de mano de su fundador, Félix Prado Pueo.
INFOTROL es una empresa de Monzón dedicada a la informática de control (sistemas de control y automatización). Actualmente es la empresa líder a nivel mundial en la automatización y control de plantas electroquímicas; con presencia en los cinco continentes. Su tecnología está instalada en las empresas multinacionales de referencia de plantas de electrólisis para la fabricación de cloro: Basf, Pioneer, Novartis… en países tan diversos como Estados Unidos, Rusia, Chile, Brasil, Perú, Alemania, Rusia, Suiza, Irán, Argelia, República Checa, Grecia y, por supuesto, España, país donde iniciaron su actividad. Además de aspectos de la ingeniería y programación, INFOTROL fabrica los armarios de control con más de un millar instalados. Todo ello con una plantilla que en estos momentos no supera los nueve trabajadores.
Recientemente, un cambio de la normativa en la fabricación de cloro que obliga, ya en breve, a eliminar el mercurio de los procesos productivos ha provocado, indirectamente, que los sistemas de control desarrollados por INFOTROL no sean tan necesarios, tal y como ocurría hasta la fecha. Por otro lado las nuevas celdas de membrana no requieren de unos algoritmos de control especiales y pueden manejarse con un sistema de control estándar. Esta “amenaza” ha derivado en una nueva oportunidad de mayor calado todavía para la empresa montisonense. El conocimiento ya aplicado, la investigación de nuevas vías y el desarrollo de dos nuevas patentes les va a permitir afrontar el futuro, a corto plazo, con mayores expectativas que las que han venido albergando hasta la fecha. En los últimos dos años se han probado y obtenido excelentes resultados con algunos inventos relacionados con la deposición de metales. Con menos energía, de mayor calidad y menor contaminación se ha logrado una ecuación más perfeccionada para producir cobre, basándose en un nuevo sistema monitorizado de corrientes inalámbrico y un nuevo ánodo auto-protegido llamado “PSEA” para la producción del metal -ambos desarrollos ya patentados por INFOTROL-. Para hacernos una mínima idea de lo que esto supone, en una planta de producción de cobre se necesitan en torno al medio millón de estos nuevos dispositivos. Teniendo en cuenta el valor del cobre, las posibilidades de negocio para la empresa se multiplican a partir de este nuevo logro innovador.
Aunque estos dos proyectos, con tecnología y procesos interrelacionados, son los más relevantes de INFOTROL, también han conseguido desarrollar otras ideas curiosas y relevantes en campos muy diversos, especialmente con empresas de ámbito nacional que tienen instalaciones en nuestra zona: controles de la fermentación del vino en bodega; secado industrial de productos químicos en plantas depuradoras; polimerización en plantas químicas; participación en el diseño de la fabricación de un velero de competición con fibra de carbono donde se utiliza la tecnología más avanzada a nivel mundial… En definitiva, la reconocida actividad internacional de INFOTROL es una consecuencia directa de su principal ADN, que no es otro que la continua INNOVACIÓN en sus tareas con el objetivo de mejorar la actividad de sus clientes.
Félix Prado Pueo, el alma de INFOTROL
Nació en La Almunia de San Juan y a los 4 años se trasladó a vivir a Monzón. Estudió Oficialía en los Salesianos e Ingeniería en Barcelona. Una vez acabada la carrera, regresó al colegio salesiano como docente, trabajo que compaginó con la obtención de una licenciatura en Físicas. A nivel académico, también ha ejercido como profesor-tutor en la UNED de Barbastro. Sus primeros contactos con el mundo empresarial dentro del sector químico, aparte de algún verano en su época estudiantil, se intensificaron a mediados de la década de los años ochenta con la impartición de clases de Maestría a los trabajadores de Monsanto-Aiscondel, en unos años en los que esos estudios no se ofertaban en los centros educativos. Posteriormente se incorporó como técnico en plantilla, hasta que decidió crear su propia empresa de desarrollos informáticos. Un pequeño comercio en la calle Juan de Lanuza fue el paso previo a la creación de INFOTROL en el año 1993. Allí, en Infocinca, comenzó a realizar programas, además de vender los primeros PCs de la zona.
Ahora, y en plena transformación de la empresa, pasando del sector del cloro al cobre, y valorando acometer incluso toda la producción de los aparatos de control que se necesitan, Félix Prado solo se plantea seguir al frente de INFOTROL como receptor final de esa pasión creativa que siempre ha acompañado a este empresario-emprendedor: un hombre poco conocido a nivel mediático, pero muy reconocido para técnicos y personal del sector químico y también por un gran número de alumnos de clases particulares en su época como docente.
Félix Prado cumple con el perfil puro de emprendedor-inventor con una excelente relación con las nuevas tecnologías y las posibilidades que le ofrecen. En la entrevista que mantenemos con él, se puede percibir que no estamos ante un empresario al uso, sino más bien ante una persona apasionada por encontrar soluciones técnicas mediante la física y la tecnología a los retos profesionales que se le plantean. Aunque su especialidad es el sector de la industria química -es lo que ha vivido más de cerca-, no parece ofrecernos demasiadas dudas el hecho de que en cualquier otro sector que hubiera explorado Félix Prado, los resultados serían igual de brillantes que los ya obtenidos.
Al finalizar sus estudios universitarios decidió volver a Monzón.
Lo que para muchos nos hubiese parecido que era una debilidad (limitación), Félix Prado lo transmite como una oportunidad: “el haber podido estar en contacto directo con empresas nacionales de referencia en el sector químico, como era Monzón hace unas décadas, ha sido positivo para conocer los mecanismos productivos. Base fundamental para aplicar mejoras y desarrollar un sistema de control y mejoras”. La programación informática, sobre todo en la programación de control industrial, es solo una herramienta. Es incluso de las más sencillas en todo el proceso: “la Programación era una “maría” en la universidad; por ejemplo al lado de una Física Cuántica o de una Topología Matemática 2. Lo importante no es solo saber el lenguaje de programación, sino analizar y modelar los problemas físico-químicos, comprender las decisiones de los operarios expertos, buscar opciones, imaginar y descubrir otras posibilidades. En nuestro equipo no hay ningún programador de carrera, aunque la mayoría lo hacemos”, señala Prado. Palabras que cobran mayor significado cuando le pedimos que nos cuente cómo surge la idea que ha convertido a INFOTROL en líder de su sector: “venía de impartir un curso de Informática en Aiscondel y el jefe de mantenimiento eléctrico de la fábrica de Químicas del Cinca, Marcelino Azcona, me comentó si no se podría controlar de forma automática mediante microprocesadores un proceso electro-químico controlado a duras penas manualmente, que consumía una gran cantidad de energía. En el colegio de Salesianos se acababa de comprar un PC básico estándar, no industrial, un IBM 8086. El primero que hubo, seguramente, por aquí. Con unos alumnos empezamos a hacer mediciones con ese PC que nos dejaron llevar a la empresa y acabamos por adaptarlo, se diseñaron y fabricaron casi de forma casera las tarjetas electrónicas de entradas, un carpintero de Monzón construyó la máquina insoladora de las tarjetas con 4 tubos fluorescentes estándar».
Finalmente Químicas ya adquirió el ordenador y sus electricistas tendieron kilómetros de cables para enviar unas 500 medidas por segundo de la planta al ordenador. Se inventó un complejo algoritmo de control multi-variable que fue patentado. Las medidas podían alertar o informar a los operarios, pero aun faltaba que el ordenador moviese y revisase cada segundo según el algoritmo mencionado los 180 motores del proceso: «los más de 360 cables de control que activaban los motores (subir-bajar-stop) se conectaron al puerto de la impresora del ordenador a través de unas placas multiplexoras que fabricamos… y acabamos haciéndolo funcionar”, concluye Félix Prado. En lugar de escribir letras, la salida de impresora del PC movía los motores.
Ese fue el prototipo o germen innovador, a mediados de la década de los ochenta.
Adaptar un PC doméstico a un proceso industrial complejo y extremadamente preciso en una planta química de producción de cloro; pasando de los sistemas manuales o la alternativa de unos sistemas informáticos industriales muy costosos e inviables de asumir. Y, frente al escepticismo general y las suspicacias de multinacionales de la industria informática, resultó una revolución en el sector. Se desarrolló un software propio para optimizar un control más eficiente. Se logró mayor eficiencia en el control de “celdas” para producir cloro, lo que suponía un ahorro energético importante, mejorar la calidad del producto y un avance medioambiental considerable. “Por ejemplo, según nuestra información solo en la planta automatizada de Volgogrado (Rusia) se observó un ahorro energético en la factura de la luz del orden de los 4 millones de euros anuales” apunta Félix Prado. El gran ahorro energético significa la mejora ambiental equivalente.
Del éxito e internacionalización de INFOTROL hablan algunas anécdotas que sorprenden y gustan.
Valga como ejemplo la que sigue: técnicos de una planta de cloro de Vila-seca visitaron una empresa alemana referente del sector, situada a unas dos horas de Múnich. Durante la visita apreciaron un novedoso sistema de control por ordenador; creyeron que la tecnología era alemana, hasta que preguntaron y les contestaron que era española, concretamente de la empresa INFOTROL ubicada en una pequeña población llamada Monzón… Unos años más tarde la planta vilasecana instaló el sistema de control de la empresa montisonense que vieron y conocieron en Alemania.
Casi en paralelo la empresa, Aiscondel, antigua Monsanto, también aplicó con éxito estos conceptos de control a los reactores de PVC y EPS. La diferencia respecto al control de celdas electrolíticas es que este control no es tan exclusivo (existen paquetes en el mercado que actúan eficazmente) por lo que no se extendió a plantas fuera de la zona. Como se puede leer, todo un mundo, anécdotas incluidas, que tienen como protagonista a una empresa de Monzón.