La Orquesta Reino de Aragón (ORA), de la cual es director general el montisonense Sergio Guarné, realizó un concierto en Zaragoza que sirvió como recuerdo a las víctimas del Covid-19 yhomenaje al personal sanitario en la reapertura de la sala Mozart. Al margen de esta actuación, la formación ha visto reducido a cenizas su calendario para este año.
Reinventarse, esta es una de las palabras más utilizadas en el sector del espectáculo, entre aquellos que necesitan actuar para ganar un dinero que les permita pagar las facturas a fin de mes. La situación se ha vuelto acuciante tras semanas y semanas sin poder desarrollar su profesión, ensayar con sus compañeros, etc. “Vivimos momentos de incertidumbre. Nadie nos puede garantizar que los conciertos que teníamos cerrados se lleven a cabo en los próximos meses (alrededor de medio centenar)”, explica Guarné. La ORA tenía apalabrada una gira en un país asiático y ahora ha quedado en el aire a corto plazo. “En algunos casos trabajan con una previsión de dos años, así que probablemente hasta finales de 2021 o incluso 2022 no se reprogramarán esas actuaciones”.
Un concierto gratuito celebrado en Zaragoza el pasado 18 de junio permitió a la formación volverse a subir a un escenario en la reapertura de la sala Mozart. Los componentes de la orquesta interpretaron un programa que sirvió de homenaje a las víctimas del coronavirus y al personal sanitario, todo ello ante unas 500 personas que agotaron las entradas del recinto. “Fue una sensación extraña; los músicos debían estar a dos metros de distancia entre ellos, el público llevaba mascarillas y por cada butaca ocupada debían quedar tres libres…”. Tras esta actuación, la ORA descansará en verano con la vista puesta en retomar la actividad de otoño, aunque sin la certidumbre de que esto sea posible. “A ver qué sucede, se habla de un posible rebrote en octubre, noviembre… el tiempo nos irá diciendo como salimos adelante. De momento no tenemos músculo suficiente para tomar otras decisiones”.
Respecto a la docencia, Guarné (profesor en el conservatorio de Monzón) espera que en septiembre el curso se retome con normalidad tras unos meses donde todo han sido videollamadas, grabaciones de audios, correcciones virtuales… “Acostumbrado a llevar una vida ajetreada, he podido llevar a cabo tareas que tenía en mi lista de cosas pendientes. He hablado con discográficas, realizado grabaciones on line, he cocinado… A pesar de la gravedad de la situación quiero ser positivo y espero que tanto en lo personal como en lo profesional vamos a salir reforzados”, concluye.