El Capazo Verde es un proyecto empresarial puesto en marcha en 2015 en Albalate de Cinca por los hermanos Ferrer, Javier y José Luis. Actualmente cuentan con 1.500 gallinas criadas en una granja a través de un sistema ecológico. Su producción alcanza alrededor de un millar de huevos diarios con garantía de calidad y de salud para sus consumidores.
Los tiempos están cambiando en cuanto a los hábitos de alimenticios, y cada vez son más las personas que optan por incorporar productos ecológicos a su dieta. Esta circunstancia está animando a los productores a apostar por ellos. En Albalate de Cinca concretamente encontramos varios ejemplos, uno de ellos es el Capazo Verde. Una iniciativa joven, con menos de dos años de actividad, pero que hasta el momento está cumpliendo las expectativas de sus impulsores. “Habíamos probado con el cultivo de fruta ecológica, pero no terminó de funcionar. Decidimos apostar por una pequeña granja de gallinas ecológicas en un terreno que pertenecía a nuestro abuelo. Comenzamos con una nave con unos cuatrocientos animales y poco a poco hemos ido ampliando. Próximamente vamos a construir la quinta nave y de esta forma alcanzaremos la cifra de unas dos mil gallinas”, explican los hermanos Ferrer.
Una vez tuvieron todo listo para poner en marcha el negocio, llegó la fase más dura, conseguir la etiqueta ecológica que acredita la procedencia de los huevos con todas las garantías. Las aves deben disponer de una zona al aire libre y un lugar donde refugiarse para dormir y poner los huevos, cuyo espacio debe ser como mínimo de un metro cuadrado por cada cuatro animales. La alimentación debe ser 100% ecológica: pienso, lombrices, insectos o hierba. Tras varios meses de espera, muchos papeleos y diversas inspecciones, lograron el certificado y a partir de ese momento comenzaron la comercialización, directamente al consumidor, evitando intermediarios. “Tenemos una zona de envasado en la que guardamos los huevos en cámaras refrigeradas. Un día a la semana realizamos el reparto con una furgoneta isotermo por diferentes puntos de Huesca y Zaragoza (tiendas, restaurantes, particulares…). Además, todos los domingos acudimos a un mercado agroecológico en la plaza del Pilar de Zaragoza”.
El proyecto sigue su curso y la implantación de nuevas ideas es una constante para estos emprendedores mediocinqueños. Además de ampliar las instalaciones tienen otro reto por delante, ser capaces de producir su propio pienso ecológico a través de sus cultivos. Tampoco descartan expandir el negocio construyendo un pequeño matadero para aprovechar la carne de las aves o la opción de la venta on line a través de Internet (barajan la opción de una comercialización conjunta con su cuñado, que regenta la panadería Cerezuela en Belver y realiza productos sin gluten). “El producto está teniendo buena acogida en el mercado; hace unos meses ampliamos nuestros puntos de venta hacia la zona del valle de Ordesa. Aunque el precio se multiplica por dos respecto a una docena de huevos normales, la respuesta de los compradores está siendo muy buena”.
Los hermanos Ferrer solo tienen palabras de agradecimiento para todos aquellos que les han echado una mano para conseguir hacer su sueño realidad: desde su hermana Eva que les ayuda con la contabilidad; Elia y María Mar, colaboran con la distribución en Fraga; el restaurante El Portal de Alcolea de Cinca (el primero en apostar por su producto); hasta buenos amigos que les han aconsejado de la mejor forma posible y les han abierto puertas en el mercado agroecológico como Pollo ecológico del Cinca o Javier de Pablo (Cerezas Fruit Luxury). “Por supuesto tenemos que nombrar que todo este proyecto no sería posible sin el gran apoyo a todos los niveles de nuestra madre y de María y Alicia, nuestras respectivas parejas”, concluyen.