La normalidad y templanza en las palabras y gestos de Gonzalo Palacín, ya dejan entrever un personaje, ahora político, que camina sin prisa con ahorro de pausa. Los seis meses que fueron de mayo a diciembre de 2015, cambiaron muchas cosas del joven economista. En aquellas elecciones municipales fue elegido concejal (PSOE) del equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Monzón, y seis meses después, en las elecciones generales, consiguió su acta como diputado nacional por Huesca. De su empleo en banca al Congreso de los Diputados, pasando por el Consistorio montisonense. Pero hay más… vivió la XI legislatura con presidente en funciones, la XII con triunfo, por primera vez en democracia, de una moción de censura contra Rajoy… y el paso de la oposición al gobierno en cuarenta y ocho horas. Para llevar tres años en política, no está mal. Desde esta experiencia acumulada y apresurada, y por extraño que pueda parecer, Gonzalo Palacín verbaliza un discurso templado, racional y aperturista a casi todo, porque casi todo es susceptible de ser mejorado sin lógicas extremas que subordinen. Ante todo mucha calma, y mucha política, y mucho diálogo… y mucha familia.
IRRUPCIÓN, BUENA LETRA y SEÑALADO
Quién se lo iba a decir… ¿vaya tres años que lleva en su estreno político?Es cierto. En pocos meses fui nombrado concejal y poco después diputado nacional. A nivel municipal todo está muy tasado y compartes tarea con un equipo de profesionales que son los que realmente sacan el trabajo. Pero a nivel nacional ha pasado de todo; gobierno en funciones, repetición de elecciones, hemos vivido la primera moción de censura que ha triunfado en la democracia. Han habido muchos cambios, en mi opinión para bien. A nivel personal estoy aprendiendo muchísimo y me siento contento porque veo cómo se va reconociendo el trabajo y la representación que ostentó en Madrid.
Usted lo ha querido…
Sí, claro. Llegar a diputado nacional es para uno que le gusta la política como jugar en la Champions. Todavía soy joven y para mí es un orgullo y una responsabilidad que, primero mis compañeros y después los altoaragoneses, me hayan elegido para estar defendiendo los intereses de la provincia en el Congreso. Me lo he buscado, pero la política no es obligatoria para nadie. Me siento un afortunado que desarrolla esta tarea como algo temporal, y quiero aprovechar al máximo el tiempo para poder implementar el mayor número de iniciativas y medidas que defiendan el territorio. Además, ahora como portavoz de Economía también debo defender los intereses de los ciudadanos de este país a través de esta área.
¿Pero pretendía ser alcalde?
Sí. Yo me presenté a unas primarias con Álvaro Burrell y él las ganó. A partir de ahí, me puse a trabajar en su candidatura, ganamos las elecciones en Monzón y mira tú por dónde ahora estoy en Madrid y gobernamos allí y aquí. Por tanto, más no se puede pedir.
Además de la voluntad personal y las virtudes intelectuales y profesionales, ¿qué hace falta para llegar a Madrid desde un pueblo de Huesca como es Monzón?
Monzón ya había tenido varios diputados y senadores. Yo creo que somos una ciudad con un peso político importante y una trayectoria igualmente notable. ¿Lo que hay que hacer? Pues trabajar mucho, ser un buen compañero con tus compañeros de partido y tener un conocimiento amplio de lo que es la provincia y de las necesidades que tiene. Yo soy de esas personas que no sabe decir que no, y eso creo que también se valora.
¿Una legislatura será suficiente para colmar sus objetivos políticos y personales?
No me lo planteo, pero debo decir que estoy muy contento en Madrid y… es cierto que cuando llegas allí necesitas unos meses, incluso años, para adaptarte bien, saber cómo funciona todo y hacerte un hueco. Por tanto, entiendo que no está mal que haya diputados o diputadas que estén más de una legislatura; al contrario. Eso le da un valor añadido al grupo y a la gestión misma del propio diputado. Yo estoy feliz, me encuentro muy a gusto haciendo lo que hago y, sobretodo, lo puedo compaginar con mi familia, que es fundamental.
Los que saben y hablan, dicen de usted que está llamado a ocupar cargos muy notables en un hipotético nuevo gobierno del PSOE. ¿Le sorprende?
A veces no sabes si es bueno o malo que te señalen (sonríe). Debo decir que el Partido Socialista del Altoaragón está muy bien considerado en Madrid. Somos gente que tenemos muy buena capacidad de trabajo, conocemos el territorio y la implantación que tenemos en la provincia es importante. Aquí se sabe hacer política, casi desde pequeños… me alegro que mis compañeros piensen así de mí, y eso es un acicate más para seguir adelante. Pero mi mente está en trabajar al máximo y mucho más si cabe ahora desde la portavocía de Economía y apoyando al Gobierno.
FAMILIA y MADRID
Diputado en Madrid y vida familiar, ¿son compatibles?
Es compatible, pero no voy a negar que hay momentos que son duros. Tengo dos niños de 1 y 4 años y estando tanto tiempo fuera de casa te pierdes muchas cosas. Mi mujer está haciendo un esfuerzo muy importante para que yo pueda estar allí y nunca se lo agradeceré lo suficiente. Todo esto está hablado previamente y lo llevamos con organización y naturalidad, aprovechando los momentos que estamos los cuatro en casa para disfrutar de esa necesaria vida familiar.
¿Es lo que peor digiere de todo lo que le está pasando?
Sí, sin duda. Estar fuera de casa tantos días y perderte momentos irrepetibles se hace duro, pero la vorágine del día a día en Madrid, con jornadas maratonianos, tampoco te deja demasiado tiempo para pensar.
Su madre es técnico de Urbanismo en el Ayuntamiento. ¿Cómo lleva usted eso de dirigir a una madre?
Lo llevamos bien. Cada uno sabe dónde está y cuáles son sus obligaciones. Mi madre lleva muchísimos años aquí; es de las más veteranas y su experiencia laboral también me está yendo muy bien por su conocimiento de la casa y del sector en el cual nos movemos.
CONCEJAL y DESARROLLO
¿Cómo compagina su estancia de cuatro días a la semana en Madrid con la concejalía de Desarrollo?
Las cosas han cambiado mucho a nivel tecnológico. Puedes trabajar en un sitio, estando en otro. Muchas veces se solapan las tareas de Madrid con las del Ayuntamiento, pero todo se puede sacar adelante con el apoyo fundamental de los técnicos del Ayuntamiento. ¿Se podría llevar mejor? Seguro que sí, pero el esfuerzo y la voluntad es máxima y también mi labor en Monzón se está viendo beneficiada gracias a mi presencia en Madrid; veo experiencias de otros lugares de España en materia de Desarrollo que me sirven para intentar implementarlas aquí. Después está la burocracia y su lentitud que retrasa proyectos que a uno le gustaría que fueran a otra velocidad.
¿El presidente Javier Lambán está siendo justo con el desarrollo empresarial de Monzón?
No podemos fiar todo a lo que haga la DGA. Es verdad que el Gobierno de Aragón es propietario de cuatro áreas logísticas en nuestra comunidad y es lícito que intente vender ese suelo, entre otras cosas para recuperar inversión. Aunque si nos creemos de verdad el tema de la despoblación, también deberíamos mirar a otras zonas. Si están, por ejemplo, más dedicados a la plataforma de Fraga, también es porque tienen mucho suelo industrial disponible y a unos precios imagino que interesantes. Nosotros aquí estamos haciendo los trámites administrativos para tener más suelo: En la Armentera vamos a tener casi un millón de metros cuadrados urbanizados; estamos con la ampliación de Paúles; la Corzana… También se han instalado y han ampliado algunas empresas, y en esas zonas donde se han anunciado la llegada de empresas importantes su nivel de paro sigue teniendo las mismas tasas que antes y no son mejores que las de Monzón. Nosotros tenemos la suerte de contar con un sector industrial muy dinámico que es el que nos ha ayudado a traer otras empresas aquí, y un personal muy cualificado. Lo que viene y será importantísimo será la intermodal de la Armentera; es algo que no tiene competencia en Aragón y que va a ir a más, tanto por la ampliación de los graneles como la propia ampliación de la estación de Selgua, que cuenta ya con la conformidad del Ministerio.
¿Su alcalde lleva razón en la crítica directa que ha hecho al máximo mandatario del Gobierno de Aragón?
Uno puede compartir más unas formas u otras, pero a grandes rasgos sí que lleva razón. Álvaro Burrell tiene que defender los intereses de los montisonenses y es lícito que lo haga. Él dejó escrito, de manera clara, que no era la primera vez que había intentado contactar con el presidente Lambán; sin éxito. Lo que solicitó el alcalde en esa carta es una realidad que está ahí, y uno no puede estar de acuerdo con eso.
¿Cuánto daría por el aterrizaje en Monzón de una empresa de varios cientos de puestos de trabajo?
Creo que confiarlo todo a una gran empresa es un riesgo; pueden pasar veinte años y que no venga ninguna. Metalogenia, cuando llegó a Monzón era grande, pero ahora se va a ir a los trescientos trabajadores. Las empresas históricas siguen creciendo y por tanto, no podemos decir que aquí no están pasando cosas. Está claro que cuando tengamos la Armentera urbanizada será más fácil que puedan aterrizar empresas de ese tipo y de otros. Además, estamos pendientes de la ampliación de Paúles, y espero que se pueda comercializar en el primer semestre del próximo año. Yo sigo manteniendo reuniones con compañías interesadas en instalarse en Monzón, pero son maduraciones lentas por sus niveles de inversión. Nuestro potencial debe seguir pasando por la industria, y desde el Ayuntamiento vamos a continuar haciendo todo lo posible para que se instalen nuevas empresas, y mantengamos lo que tenemos.
¿Por qué se vino abajo el proyecto de la biomasa?
Fueron un cúmulo de factores. Era un proyecto importante, pero la ubicación no creo que fuera la correcta. Considero que si la empresa hubiera tenido un gran interés, esa ubicación se podría haber solventado de alguna manera. Yo creo que la promotora, ni explicó de inicio lo que era y suponía ese proyecto ni valoró otra ubicación dentro del término municipal. Se podían haber hecho las cosas de otra manera, pero tampoco hay que fustigarse por lo ocurrido. Es un proyecto, de los muchos que se plantean, que en este caso no ha salido. Pero hay otros encima de la mesa y ahí estamos trabajando.
¿Tiene envidia sana de Binéfar?
No, no. Al contrario, me alegro mucho. La zona al completo se va a ver beneficiada. Nosotros también estuvimos en contacto con el Grupo Pini, y al final fue Binéfar el municipio elegido. Es bueno la llegada de esta empresa, y cabe esperar que vengan más para seguir potenciando esta zona oriental de la provincia de Huesca, que es una de las más importantes, económicamente, de Aragón.
GOBIERNO y ACTUALIDAD
La llegada de Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno, ¿le ha cambiado su tarea en el Congreso?
Sí, mucho. Tienes que tener una mayor capacidad de coordinación entre el Gobierno y el partido a la hora de alinear intereses, además de estar preparado para dialogar con todos los partidos políticos del Congreso.
Usted viene del sector bancario. ¿Entiende la inquietud de los bancos ante la primera decisión del Tribunal Supremo sobre el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD)?
El sector bancario defiende sus intereses, como cualquier otro sector empresarial, y los políticos tenemos que pensar en el beneficio de la mayoría de este país. Creo que el Tribunal Supremo lo ha gestionado muy mal con los quince días de espera hasta la sentencia final o contrasentencia. El fallo final no ha cubierto las expectativas de nadie.
Si antes pagaban los usuarios de hipotecas y ningún partido político decía nada, ¿por qué ahora todos a una critican al Supremo por decir lo que ya sabíamos y pagábamos?
Nosotros estamos tramitando una ley de crédito hipotecario en la que aparece el reparto de los gastos de constitución –no solo de los actos jurídicos documentados-. Obedece a una directiva europea que se debía haber traspuesto hace dos años, y que no se había hecho nada; de hecho hay una sanción anunciada por parte de la Comisión Europea por no aplicar esa directiva relativa al mercado hipotecario. La sentencia del Supremo ha precipitado todo, y el Gobierno lo que ha hecho ha sido rebajar un tanto los ánimos en función de lo dictado por el Tribunal.
¿Populismo de Sánchez?
No. Repito que la ley se está tramitando. Lo que sí creo es que en todo este asunto ha habido una sobreactuación y una sobrerreacción.
¿Por qué las Comunidades Autónomas, que son las beneficiarias de este impuesto, no prescinden del mismo?
No pueden. ¿Eliminar el impuesto? Explícame como mantenemos hospitales, colegios… Si queremos unos servicios sociales y públicos importantes tenemos que tener un sistema fiscal progresivo, justo y suficiente.
Como montisonense, diputado y concejal… ¿satisfecho por el nuevo puente que viene sobre el río Cinca?
Claro. Ya tocaba. El proyecto nació en 2002 y ha estado aparcado durante muchos años. En estos últimos tiempos, el alcalde de Monzón y un servidor hemos insistido hasta conseguir que la obra entrara en presupuestos y se pudiera ejecutar. Es una obra muy importante que mejorará la seguridad del puente y que conectará el parque MZN con los Sotos.
En lo que resta de legislatura, ¿qué objetivos principales tiene para la provincia que representa en el Congreso?
Al final, siempre acabamos hablando de infraestructuras que no son de un partido, sino de la tarea de años de un Estado. Están en marcha unos tramos y licitados otros de la A22 y A23. Aparte de las infraestructuras, tenemos el tema de las centrales hidroeléctricas que es un asunto que se sigue defendiendo, para que todo lo que aquí se genera valga para el desarrollo de la zona. Huesca tiene todas las potencialidades para que, además de ser una de las provincias con menos paro de España y mayor calidad de vida, siga desarrollándose económica y socialmente.
¿Los restos de Franco deben ser exhumados del Valle de los Caídos?
Sí.
En esta cuestión, ¿su gobierno pierde mucho tiempo o lo parece?
No. El grueso de trabajo del Gobierno está en cuestiones sociales, en cómo mejorar la sanidad, la educación, el salario mínimo… pero mediáticamente vende más este tema porque en la calle sigue habiendo un debate social entre partidarios y contrarios. En las mismas ruedas de prensa de los viernes, tras el Consejo de Ministros, más de la mitad de preguntas van por el tema de Franco y la exhumación. Creo que es una cuestión de decencia democrática que hay que hacerla y se hará.
¿Cómo acabará el proceso catalán?
No lo sé, pero sí que tengo claro que hay que dar argumentos para que esas personas que quieren la independencia, prefieran quedarse en España. Y sobre todo, hay que rebajar el tono y abrir vías de diálogo. El enfrentamiento solo lleva a elevar la crispación y a distanciar más si cabe a las partes. La política del no diálogo hace que los extremos crezcan, y eso es lo que ha pasado en los últimos años.