El tarraconense Joaquim Jornet comenzó el pasado mes de octubre una investigación sobre el proceso de industrialización de Monzón, centrada entre los años 50 y 80 del pasado siglo, todo ello desde una visión sociológica. También profundiza en lo que sucedió antes y después de ese periodo temporal; la llegada de los mataderos a la zona de Binéfar en los últimos años es otro de los capítulos que centran su tesis, un estudio financiado por la Universidad francesa de Dijón y que espera culminar en 2024.
Tras varios años en Francia nuestro protagonista, natural de Mora de Ebro, ha regresado a España para llevar a cabo una investigación, que espera poder plasmar en una tesis doctoral. Joaquim estudió Filosofía en Barcelona, para después continuar formándose y obtener la titulación de sociología; además también ha realizado un par de másters en tierras francesas. El pasado septiembre optó a una beca para realizar un estudio sobre la industrialización en medios rurales en el sur o este de Europa. “Mi novia es de Barbastro e inmediatamente pensé en esta zona. Me había contado que en Monzón hay mucha industria y pensé que podía ser una buena opción. Comencé a informarme y constaté que el fenómeno era relativamente reciente, apenas 70 años, confirmando que era un lugar idóneo para desarrollar mi investigación”, explica.
Tras presentar el proyecto en la Universidad de Dijón, le dieron el visto bueno y comenzó un proceso de tres años aproximadamente que se inició hace tan solo unos meses. Durante el primer año permanecerá en casa de sus suegros, que residen en la ciudad del Vero, y así poder desplazarse con asiduidad la localidad montisonense, donde ya ha realizado cerca de medio centenar de entrevistas. “Ahora estoy con el trabajo de campo, después llegaré el momento de darle forma, redactar los artículos científicos… esa segunda fase la podré realizar desde Francia e iré regresando por aquí de forma puntual”.
LLAMAR A TODAS LAS PUERTAS
Los inicios suelen ser complicados y en este caso Joaquim comenzaba desde cero en una localidad donde no conocía a nadie, pero poco a poco ha conseguido abrirse paso y hasta el momento está contento con los datos que ha podido recopilar. “Primero acudí a los lugares más institucionales como el Ayuntamiento o la Asociación de Empresarios Ceos-Cepyme Cinca Medio. También he contactado con sindicatos (Comisiones Obres, UGT o CNT) y asociaciones locales. A partir de ahí he conseguido poder hablar con trabajadores y empresarios industriales. Sobre todo, me interesa conocer las diferentes perspectivas de la gente que vivió la llegada de empresas como Hidro Nitro o la Monsanto que dieron un cambio radical a la ciudad, ¿Cuáles fueron las motivaciones que les llevaron a instalarse a Monzón?, ¿Cómo esas familias echaron sus raíces en la localidad?”. Hay que recordar que entre los años 50 y los 70, la capital mediocinqueño multiplicó por tres su población, pasando de los 5.000 habitantes a rozar los 15.000.
Joaquim también ha “picado piedra” en plena calle, abordando a la gente que veía disponible, o bien sentada en un banco o tomando un café en un bar; tras presentarse y explicarles su proyecto, les preguntaba por su experiencia laboral y sus recuerdos del pasado. “La gente mayor, recién jubilados me ha permitido conocer de primera mano sus historias. En sociología son más interesantes las respuestas imprevistas, aquellas que nos permiten deshacernos de las ideas preconcebidas que uno tiene sobre un fenómeno social. También contextualizaré las informaciones obtenidas de las entrevistas con diferentes archivos como el padrón municipal de aquella época o de la base de archivos de la Monsanto, albergada en las oficinas de la planta de Ercros, a la que he podido tener acceso recientemente”, matiza.
PARÁMETROS
La trayectoria profesional, su día a día en Monzón, el origen de sus antepasados y a que se dedicaban o su formación académica son algunos de los parámetros en los que profundiza. “En Monzón se dan algunas peculiaridades que la distinguen del resto del país. Por ejemplo, la industrialización va más allá de la instalación de fabricas, hay que destacar el rol de una institución educativa pionera en la provincia como Salesianos, impulsado por la propia Hidro Nitro, o la llegada de la Monsanto que daba trabajo a un millar de personas y que por muchos eran considerados como la élite dentro del personal obrero, debido a sus buenos sueldos y posibilidades de progresar”, señala. Por ello, a diferencia de las grandes ciudades industriales, sobre las cuales se han realizado multitud de estudios, la llegada de una fábrica interpela a todos los habitantes de una pequeña ciudad como Monzón, incluso a aquellos que nunca llegaron a trabajar en ella. “El poblado de la Monsanto se construyó para albergar a muchas de las familias que llegaron a Monzón y eso provocaba que hubiera mucha relación entre los trabajadores, tanto operarios como jefes de planta, y sus hijos fuera del ámbito laboral”.
Recalca que la Monsanto marcó a una generación, o al menos es lo que ha podido extraer de la parte inicial de su estudio, el cual todavía está en fase embrionaria. También destaca que la capital mediocinqueña supo rearmarse a diferencia de otros lugares, y que ha podido mantener su potenciar industrial con la creación de empresas de origen local como Vicente Canales, Tatoma o Casmar, además de la llegada de otras de forma más reciente como puede ser Metalogenia.
La evolución tecnológica –automatización- y la deslocalización industrial han provocado que las fábricas hayan reducido el número de trabajadores. A pesar de ello, en la zona oriental de la provincia de Huesca, donde irrumpe con fuerza el eje Barbastro-Monzón-Binéfar existe una falta de mano de obra cualificada, además de un relevo generacional en algunos oficios. “Consultados recientemente los datos en el INAEM me he encontrado que lo que más busca la gente es trabajo de peón industrial, mientras lo que más se ofrece es un puesto de camarero, da que pensar”, incide.
FALTA DE VIVIENDA
La ausencia de un lugar donde poder vivir es otro de los grandes problemas que ha percibido rápidamente este sociólogo, lo que ha producido que aumente el precio de los alquileres. “Esto puede ser peligroso porque puede conllevar que mueras de éxito. El tema de la vivienda también es otro de los puntos que estoy investigando, debido a que durante los últimos años se está produciendo un fenómeno similar a hace medio siglo. Ahora con la implantación de las cárnicas están viniendo a trabajar muchos inmigrantes, sobre todo africanos; mientras que antes eran gente procedente de la montaña o andaluces, signo claro del proceso de globalización en el que nos encontramos, donde el mundo rural no escapa a ello. Esas llegadas masivas provocaban que se estratificaran por barrios o zonas, donde los inmigrantes se apoyan entre ellos, pudiendo provocar distanciamiento con el resto de la población. Paradójicamente, la ausencia de planes de urbanismo y las políticas “paternalistas” llevadas a cabo por las industrias en el pasado ofrecían una mayor integración de los trabajadores en su nueva comunidad, el caso del barrio del Palomar de Monzón, el Poblado de Monsanto o los pisos de la Hidro fueron un buen ejemplo de ello”. En definitiva, un interesante estudio que solo acaba de comenzar, pero que nos puede desvelar datos muy interesantes de ese proceso de industrialización, tan cercano en el tiempo, pero a la vez tan desconocido para aquellos que no lo vivieron en primera persona.