Rosa María Lanau Morancho pasará a la historia como la primera alcaldesa de la democracia de la ciudad de Monzón (2011-2015). Actualmente encabeza desde las filas del Partito Popular la oposición del consistorio montisonense, cargo político que compagina con su puesto de diputada provincial. Otra de sus facetas es la de docente en el colegio de Educación Especial La Alegría, donde lleva ejerciendo desde hace treinta años, prácticamente la mitad de ellos como directora del centro. Una intensa trayectoria y puestos de relevancia han marcado el devenir de su vida. Reconoce no haberse sentido discriminada por ser mujer y afirma haber llegado a desempeñar cargos que ni siquiera imaginaba. Resalta que la política y su trabajo con los niños le han enseñado a ser mejor persona, más paciente y a entender los problemas de los demás.
-¿Te imaginabas cuando comenzaste a trabajar como docente, que años después lo compatibilizarías con la política?
Para nada, nunca me lo había planteado. Me cogió totalmente de sorpresa cuando Nicolás Fortuño, mi médico de cabecera en aquellos tiempos, me propuso presentarme en las listas del Partido Popular a las elecciones municipales. Pensaba que iría de relleno y sorprendentemente fui la número cinco. Ganamos las elecciones por mayoría absoluta, Nicolás revalidó la alcaldía y a mí me asignaron la concejalía de Cultura y Turismo. Tengo un gran recuerdo de esa primera legislatura, la disfrute muchísimo. Trabajamos duro, pero conseguimos darle un vuelco al área con iniciativas como la ruta del Temple.
-¿Cómo fue el camino para convertirte en la primera alcaldesa de Monzón?
Comencé en el Ayuntamiento en 1999, tras la primera legislatura repetí en las listas y durante los ocho años siguientes estuve en la oposición. Se acercaban las elecciones de 2011 y ni siquiera me planteaba la posibilidad de ser la candidata del Partido Popular a la alcaldía. Un día en la tienda de debajo de mi casa me contaron que estaban haciendo encuestas en Monzón mediante llamadas telefónicas preguntando sobre nuestro partido y la valoración de varios de sus miembros, entre los cuales me encontraba. El día del afiliado acudí a Zaragoza, y allí me comentaron el resultado de dicha encuesta realizada por el partido y me propusieron encabezar la lista. Recuperamos la alcaldía y gobernamos cuatro años pactando con el PAR. Fue una enorme alegría.
-¿Cuáles fueron las decisiones más importantes durante ese periodo?
Tras la alegría inicial de ganar las elecciones nos encontramos con la realidad. El Ayuntamiento de Monzón tenía una deuda en torno a los veinte millones de euros, el más endeudado de toda la provincia. Teníamos un déficit tan grande heredado de las legislaturas anteriores que no podíamos hacer frente a las nóminas de los trabajadores municipales. Hicimos unos esfuerzos enormes por reducirlo y a la vez mantener unos servicios dignos para la ciudadanía. No se pudieron realizar grandes obras, pero los números hablan por sí solos, rebajamos la deuda a la mitad. Hubo momentos muy complicados, teníamos en negativo las cuentas y eso nos impedía pedir un crédito. Llamé personalmente a Luisa Fernanda Rudi, en aquellos momentos era presidenta de la DGA, para que nos ayudara a desbloquear la situación. Poco a poco nos fuimos recuperando, y cuando terminaron los cuatro años terminamos con 800.000 euros de remanente de tesorería.
-¿Cómo te las arreglabas para sacar adelante tus quehaceres políticos y tu trabajo en el colegio de la Alegría?
No quise dejar la educación durante mi época como alcaldesa, una decisión que algunos no entendieron. Acudía todos los días al ayuntamiento de las ocho de la mañana hasta las once, por las tardes volvía para reunirme con todo el que me lo solicitaba, y los fines de semana no faltaba a los actos programados en la ciudad. Estoy muy agradecida a mi familia: mi marido, mis hijas, mi madre… sin su apoyo y su esfuerzo no podría haber salido adelante en un periodo de tanto trabajo. Nunca me he sentido discriminada por ser mujer, he llegado a desempeñar cargos que ni siquiera imaginaba. Siempre me he sentido al mismo nivel que cualquier hombre, tanto en el colegio, en el partido o mi propia casa.
-Antes de abordar la actualidad municipal, háblenos de su trabajo en el colegio de La Alegría, donde actualmente ejerce como directora.
Llevo treinta años como profesora en este centro y no lo cambiaría por nada. He pasado por diferentes cargos, empezando como vigilante nocturna cuando todavía la actividad se desarrollaba donde ahora está situado el Reina Sofía. Después, tras aprobar las oposiciones en Madrid, conseguí una plaza fija y elegí el colegio de Educación Especial La Alegría. Como anécdota contaré que justo unos días después de haber sido elegida por votación directora, me llamaron desde el Partido Popular para ofrecerme un puesto de diputada regional. Era una buena oportunidad para mí, pero aquello conllevaba pedirme una excedencia y dejar el colegio durante un tiempo. Estuve durante toda una noche dándole vueltas y finalmente, decidí rechazar el puesto político. Poco después, el partido me propuso ser diputado provincial, un cargo que pude compatibilizar con mi trabajo, y por eso decidí aceptarlo. Ambas facetas han marcado mi vida, tanto los chavales del centro como la política me han ayudado a ser mejor persona, más paciente y a entender los problemas de los demás.
-Volviendo a su faceta actual como portavoz del Partido Popular en Monzón, ¿Cuáles son sus valoraciones sobre la reubicación del Sagrado Corazón?
No entiendo la decisión de gastarnos 45.000 euros para trasladarlo y ubicarlo en otro lugar. Existen en la población otras necesidades, como para invertir en una cuestión que no nos corresponde. Me pareció una falta de respeto y me dolió lo sucedido en el último pleno ordinario. Estuvimos durante dos horas discutiendo sobre el Sagrado Corazón y una posible nueva ubicación; el alcalde no fue capaz de decirnos que la decisión ya estaba tomada. Al día siguiente ya salió publicado en el Boletín Oficial de la Provincia la parcela de su nueva ubicación.
-Respecto al parquin de Cortes de Aragón, parece que por fin ha terminado el proceso judicial…
El Ayuntamiento ha llegado a un acuerdo con la empresa para abonar 2,4 millones y así dejar zanjado el asunto. A nuestro pesar votamos a favor en el último pleno extraordinario; decidimos dejar a un lado lo político y no poner en riesgo a la ciudadanía de Monzón. Si la situación se hubiera alargado la cantidad a pagar podría incluso haberse duplicado. Nosotros fuimos el único partido que votó en contra cuando se decidió acometer esta iniciativa en las condiciones que se redactó el contrato.
-¿Qué es lo que más le preocupa en cuanto a la decisiones tomadas por el equipo de gobierno?
La falta de apuesta por las empresas. Con todo lo sucedido en Cataluña tuvimos la oportunidad de atraer alguna, pero no aprovechamos la coyuntura. Otras poblaciones como Binéfar, Fraga o Jaca están creciendo industrialmente mucho más que nosotros. Monzón tiene una situación privilegiada, comunicaciones y todos los condicionantes para ser atractivo…. En general Monzón está triste, no se ve movimiento en el comercio y los que están saliendo adelante es gracias a su empuje.
-¿Le gustaría repetir al frente del Partido Popular las próximas elecciones de 2019?
Todavía queda un año y ni siquiera me lo he planteado. Ahora estamos centrados en confeccionar las listas de los pueblos, en las localidades más grandes y cabezas de comarca las decisiones se tomarán más adelante por parte de la dirección provincial del partido. Aquí en Monzón intentaremos realizar una lista que aúne experiencia y juventud.