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martes, 22 abril, 2025

En buenas manos

El polígono Paúles de la capital mediocinqueña acogió durante cinco días un campamento de la Unidad Militar de Emergencias, concretamente un batallón procedente de Torrejón de Ardoz. El sargento montisonense Gregorio Serrano, fue el impulsor de traer estas maniobras a su población tras realizar las gestiones pertinentes con el Consistorio. Durante la jornada de puertas abiertas, numerosos escolares y vecinos de la zona compartieron vivencias con los casi doscientos militares, además de poder conocer de primera mano las tareas que realizan y las herramientas de las que disponen para ello.

La ciudad de Monzón acogió con los brazos abiertos al Grupo de Apoyo de Emergencias de la UME, que del 21 al 25 de mayo estuvieron instalados en el polígono Paúles, en las inmediaciones de las nave de la Asociación San Mateo. Allí fijaron un campamento con capacidad para 500 personas, que simulaba una situación real en caso de catástrofe. Este disponía de todos los servicios: agua, duchas, retretes, lavandería, comida… y en él se realizaron ensayos de casos reales durante las cinco jornadas del operativo. “La misión de nuestro grupo está relacionada con la logística. Apoyamos a nuestra unidad en cuanto a abastecimiento, mantenimiento, reparación… Hasta Monzón hemos venido con alrededor de sesenta vehículos (desde ambulancias hasta todoterrenos o grúas de gran tonelaje), además de una amplia gama de materiales para cumplir nuestro cometido”, explica el teniente coronel al mando, Roberto Gallego.

La estancia de esta unidad en Monzón está incluida dentro de las maniobras generales donde participa todo el regimiento de apoyo e intervención de emergencias de la UME. “El próximo año realizaremos unas maniobras generales en la que participará toda la unidad y muy probablemente serán en la provincia de Huesca. Nosotros nos hemos adelantado para conocer el terreno y realizar una primera toma de contacto. La relación entre las fuerzas armadas y la población civil es positiva para ambas partes. Para nosotros es una inyección de moral muy importante”.

Durante estos días ha sido habitual encontrarse con los miembros de la UME paseando por las calles de la ciudad de Monzón, corriendo por “La Chopera” o visitando la residencia de ancianos “Riosol”, a los usuarios de la Asociación de Alzheimer y otras demencias de Monzón… El punto culminante de esas interacciones tuvo lugar durante la jornada de puertas abiertas, cuatro horas en las que la zona del campamento fue un hervidero. Gente de todas las edades, desde jubilados y ancianos, que recorrieron las carpas y charlaron con los militares hasta pequeños de poco más de tres años que acudieron con sus respectivos colegios y lo pasaron en grande con las actividades previstas. “Esto supone un día festivo para todos. Nos recarga energías. La acogida por parte de vecinos y del Consistorio ha sido muy cálida y hemos estado muy a gusto. Además hemos visto a los niños pasárselo muy bien con un taller de pintura, un circuito de agilidad, tirándose con una tirolina o subiendo en los vehículos oficiales”. Una jornada que culminó con un izado de la bandera.

La figura de Gregorio Serrano ha sido vital para que Monzón haya acogido estas maniobras. El Sargento 1º de la UME hizo todas las gestiones necesarias para que su ciudad fuera sede de este despliegue. Sin dudarlo, Serrano ejerció de guía a la hora de mostrar a sus cerca de doscientos compañeros los rincones más atractivos de su ciudad natal.

A pesar del buen ambiente y de la tranquilidad de la semana, no hemos de olvidarnos de que la UME se encarga de actuar en situaciones realmente complejas, como por ejemplo dar apoyo cuando se producen incendios de consideración. La última gran operación llevada a cabo por este grupo fue este pasado invierno, durante las nevadas que dejaron incomunicados a los vehículos que circulaban por la AP-6. “Fue una noche muy dura y fría, pero mis soldados estaban satisfechos por haber podido ayudar a sus conciudadanos. Ellos te devuelven la gratitud y esa es la mejor gasolina para seguir haciendo tu trabajo”. Por otro lado, el capitán Montejano repasó anécdotas durante maniobras de apoyos que han realizado en diversas catástrofes. Recordó que en 2011 tras el terremoto de Lorca, estuvieron presentes en la ciudad desde el mismo 11 de mayo, día del seísmo, hasta el 19 de diciembre.

Con su marcha de nuevo hacia tierras madrileñas, el polígono Paúles recuperó la normalidad, la algarabía y las sirenas se fueron diluyendo poco a poco, y el ir y venir de los militares quedó atrás. Lo que no se olvida es su paso por la ciudad y el recuerdo de haber podido conocer de primera mano a estos héroes anónimos y sus métodos de trabajo.

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