El rugby en nuestra comarca vuela a lomos del equipo Quebrantahuesos, cuyos partidos disputa en el campo de La Cortada, en Pomar de Cinca. En los próximos meses contará con unas nuevas instalaciones en el parque de Los Sotos de Monzón. Desde el club sueñan con convertir el municipio montisonense en una de las capitales de este deporte a nivel nacional. La organización del Fat Rugby fue un primer paso para lograrlo, y este año ya preparan la segunda edición.
El rugby ha irrumpido con fuerza en nuestro entorno en los últimos años. Un deporte minoritario, que en un corto periodo de tiempo está calando en diferentes puntos de la provincia gracias al trabajo del Quebrantahuesos. Este club, nacido en el año 2012 bajo el nombre de Somontano Club Rugby, se ha ido expandiendo hasta conseguir superar las doscientas licencias, unas cifras que le colocan entre los clubes más concurridos de la comunidad autónoma aragonesa. Un proyecto que va quemando etapas más rápido de lo que sus impulsores jamás pudieron imaginar. Ahora parece que por fin ha encontrado su casa en la comarca del Cinca Medio, tras peregrinar en los últimos cuatro años por diferentes poblaciones del entorno.
La corta historia de esta entidad deportiva supone una batalla constante por la supervivencia. La ilusión que muestran por este deporte sus componentes les ha permitido superar todos los contratiempos, y ahora sueñan con un futuro, en el que Monzón pueda ser una de las capitales del rugby a nivel nacional. «Todo empezó en Barbastro hace alrededor de cinco años. Allí nos juntamos cuatro personas, y comenzamos a realizar un entrenamiento a la semana en un campo de tierra. Poco a poco logramos juntar un grupo de quince personas, y formamos un equipo que comenzó a competir pocos meses después. Disputamos la Copa aragonesa, y nuestros partidos como local los jugábamos en Laluenga. Hicimos un papel digno en el torneo copero, y después de eso comenzamos a jugar la Liga aragonesa, dónde militan equipos de Zaragoza, Jaca, Tarazona, Soria o Tudela entre otros lugares», explica Cristian Schinder, presidente de la entidad.
El primer contratiempo llega para ellos, cuando tienen que abandonar las instalaciones de Laluenga. Esta población del Somontano recuperó su equipo de fútbol, y esa situación provocó que los muchachos del Quebrantahuesos tuvieran que buscarse un nuevo hogar. Su nuevo destino fue Berbegal, allí jugaron, entrenaron, disfrutaron, consiguieron grandes éxitos, y lo más importante, afianzaron una familia deportiva que desde ese momento ha continuado creciendo. «Los resultados comenzaron a llegar muy pronto, y en la temporada 2014-15 conseguimos proclamarnos campeones de la liga aragonesa, e incluso disputamos la fase de ascenso para subir de categoría. Además, nuevos jugadores se fueron sumando al proyecto, y logramos sacar adelante un equipo femenino y otro Sub 18», afirma Diego Dieste, capitán del equipo Senior y miembro de la junta directiva.
La cosa marchaba a las mil maravillas, hasta que en verano de 2015 tienen que hacer las maletas, dejar Berbegal y buscar un nuevo lugar donde asentarse. «Fue una pena. Estábamos muy a gusto, creíamos que era un buen lugar para desarrollar nuestra actividad, pero hubo cambios en el Ayuntamiento, y literalmente nos echaron de allí», comentan desde el club. En ese momento entra en escena Binéfar, en el terreno de césped natural situado en el polideportivo de Los Olmos comienza una nueva y sucinta etapa. «Volvimos a cambiar de escenario, y la historia se repitió. Tras un año en Binéfar, tuvimos que volver a emigrar, en este caso, debido a las obras que se realizaron en la pista de atletismo, además el campo no cumplía las medidas reglamentarias. Desde el Ayuntamiento nos dijeron que había otros deportes en la población que tenían prioridad sobre nosotros. Lo entendemos, pero no lo compartimos», relata Dieste, que no quiere olvidarse de la ayuda que recibieron por parte de los colectivos de Kafre y Azero Candente, que les cedieron en numerosas ocasiones sus locales para poder realizar allí el tercer tiempo -reunión posterior al partido entre ambos equipos donde comparten un rato de charla y refrescos-
DESESPERACIÓN
Todos estos vaivenes estaban produciendo una cierta desesperación en el club y sus socios. Cuando todo se veía muy negro, apareció el Ayuntamiento de Monzón para acogerlos con los brazos abiertos. «Apostaron fuerte por nosotros, y no nos lo pensamos. En los próximos meses tendremos un terreno de juego que se está adecuando en Los Sotos, y mientras estamos disputando nuestros partidos en las instalaciones deportivas de La Cortada en Pomar de Cinca. Esperamos que de una vez por todas, esta vez sea la definitiva, y en Monzón podamos arraigar», señalan.
En el plano deportivo, el Quebrantahuesos cuenta actualmente con ocho equipos (dos absolutos masculinos, uno femenino y las categorías inferiores: Sub-18, Sub-16, Sub-14, Sub-12 y Sub-10). Todos ellos compiten en categoría autonómica y cuentan con jugadores de numerosos lugares de la provincia (Tamarite, Binéfar, Barbastro, Fraga, Monzón, Aínsa, Huesca…), e incluso algunos de zonas limítrofes. «Estamos apostando fuerte por la escuela -desde seis años- Allí formamos a jugadores de categoría base. La idea es crear una estructura sólida para potenciar el primer equipo, e incluso lograr que puedan dar el salto a otros países donde hay ligas profesionales de este deporte», afirman desde el club, que hace unos meses tiró de contactos, y consiguió que el binefarense Kevin Manero pudiera viajar a Argentina para jugar en la liga de este país sudamericano, una de las más potentes de todo el planeta.
En las últimas fechas, este club altoaragonés ha firmado un convenio con el equipo francés de Pau, uno de los más importantes de la liga del país vecino. «La intención es trabajar como un equipo filial, formarnos con sus directrices, y a través de becas deportivas y académicas lograr que alguno de nuestros jóvenes talentos pueda formarse en tierras francesas», comentan orgullosos. En los próximos meses, un entrenador del Pau, acudirá hasta Monzón para estandarizar los entrenamientos, y así dar un primer paso de lo que esperan que sea una fructífera colaboración. Esta solo es una de las iniciativas que se enmarca dentro del Proyecto Nido, diseñado con la intención de que la capital mediocinqueña se convierta a medio plazo en un referente del rugby nacional. Otra de las medidas que han llevado a cabo es profesionalizar la actividad de su entrenador Héctor García, para que se centre única y exclusivamente en el rugby. Por otro lado, el Quebrantahuesos va a contar durante los próximos meses con tres jugadores argentinos que ayudaran a crecer al club en todos los aspectos.
AMBICIOSOS
Desde la directiva son ambiciosos en cuanto a objetivos, y sueñan con pelear por el ascenso, y poder acceder a la División de Honor B. En estos momentos el equipo Senior «A» ocupa la primera posición de la liga aragonesa y esta cuajando unos números espectaculares. «El año pasado nos clasificamos para jugar la fase de ascenso, pero por falta de apoyos económicos tuvimos que renunciar. Esperamos que esto no ocurra este año. Estamos haciendo una buena labor tanto deportiva como social, aunque nos estamos encontrado cerradas las puertas de la mayoría de instituciones, y sin ese apoyo económico es muy complicado poder afrontar algunos retos que nos hemos marcado», señala Dieste, que recalca el ambicioso proyecto en el que están embarcados y que pasa por ser uno de los más importantes de Aragón. El camino es el correcto, y la convocatoria del foncense Pablo Ferrer y el montisonense Arnau Figueras para participar en un campus organizado por la Federación Española de Rugby, lo corrobora. Ambos jugadores cadetes, convivieron durante cinco días estas navidades con otros treinta jóvenes Sub-18 de toda España
Por último, no podíamos olvidarnos del Fat Rugby, un torneo pensado para los delanteros, los jugadores más grandes y corpulentos que juegan a este deporte. Una iniciativa novedosa, y que el año pasado sobrepasó las expectativas de los organizadores. Alrededor de dos mil personas pasaron por Monzón a lo largo de aquel fin de semana programado para el evento, y en total compitieron veintiséis equipos llegados desde diferentes puntos de la geografía española. «Se han puesto en contacto con nosotros para que pongamos en marcha este torneo en otros países, pero ahora mismo es inviable para nosotros. De momento, vamos a conformarnos con preparar de la mejor manera posible la segunda edición del Fat Rugby que tendrá lugar en Monzón el próximo mes de junio», apuntan desde el Quebrantahuesos, una gran familia que sigue agregando adeptos.