Tal y como reconoce la soprano Eugenia Boix, al principio le costó asimilar la nueva situación provocada por el Covid-19. Estos meses ha aprovechado para darse un respiro, desconectar de cantar, cuidar su voz y disfrutar de estar en su casa tras un periodo de gran actividad en su vida profesional. Con la llegada del verano aparecen los primeros conciertos en el horizonte, sobre todo en actuaciones en formato reducido.
El pasado 10 de marzo Eugenia Boix ofrecía su último concierto, fue en Bilbao y lo hizo en medio de una calma tensa, que hacía presagiar lo que podía ocurrir apenas 48 horas después, confinamiento mediante. “Suelo viajar en transporte público, pero tal y como estaba la situación decidí ir en coche y cuando terminó la actuación volví a Monzón. Aquí he pasado estos meses donde he disfrutado de un descanso que no había podido tener en mucho tiempo. Además tal y como estaba la situación tampoco me apetecía cantar. El estado de ánimo no era el más adecuado”, señala.
La cantante montisonense tenía apalabradas varias actuaciones en el extranjero en países como Alemania, Italia y Polonia, unas giras que quedaron suspendidas irremediablemente. En algunos casos han sido anuladas y otras están pendientes de reubicar en el calendario. “Los conciertos junto a orquestas de muchos músicos son difíciles reubicar para que a todos nos encaje. En cambio espero que todo lo que son actuaciones de música de cámara en formato más reducido, puedan llevarse a cabo sin problemas en las próximas semanas”.
Boix retomará la actividad a principios de julio cuando se desplazará a Madrid para grabar en streaming un concierto en el Auditorio Nacional. En cuanto al mes de agosto tiene cuatro citas previstas, una en Santander, dos en Zaragoza y otra en la catedral de Roda de Isabena. “Tal y como están las cosas no me puedo quejar. Espero que para otoño e invierno se vuelva a recuperar la programación en los diferentes lugares, aunque entiendo que es un momento complicado para apostar por determinados proyectos”, explica.
El optimismo es una de sus virtudes y por ello quiere quedarse con todas las cosas positivas de estos meses tan convulsos. Desde poder descansar, reorganizarse, disfrutar de estar en su casa, hasta desconectar del ajetreo diario que le produce su carrera musical. Además, también ha estado trabajando en un sindicato de músicos que aglutine a compañeros del gremio y que les permita luchar por sus derechos. Por último, añade que añora al público y resalta las enormes ganas de volver a sentir sus ánimos y aplausos. “Ellos son la esencia de esta profesión”.