Ángel Mas Portella, Pregonero de las Fiestas San Mateo 2022.
El pregonero de San Mateo este año es Ángel Mas. ¿Quién no lo conoce en Monzón? Es toda una institución en la capital montisonense y en la provincia de Huesca. A sus espaldas lleva acuestas años y años de trabajo, de experiencias y anécdotas como las que nos ha contado para esta entrevista. Con esos ojos azules vivarachos con los que ha visto pasar la fiesta desde hace varias décadas, los mismos con los que ha enfocado su carrera profesional, los que han heredado algunos de sus hijos que ahora le han tomado el relevo y con los que emite esa mirada hacia el pasado en este número especial de Fiestas de nuestra Alegría de Monzón y Cinca Medio.
Ángel Mas es muchas cosas; padre, abuelo, empresario… y ahora pregonero, una nueva encomienda en la que es su ciudad. ¿Qué le ha dado Monzón y cómo hubiera sido su vida si su padre, Manuel, junto a su madre Encarna, no le hubiera dicho “aguanta”?
Tengo que agradecer a mi padre esas palabras porque en esa época tenía muchos pájaros en la cabeza, muchas ganas de conocer mundo, de conocer otras gentes, otros modos de vida… estuve a punto de marcharme porque creía que aquí mi faceta se había terminado. No era solo yo, era algo de toda nuestra generación, pero no me arrepiento en absoluto porque me ha ido francamente bien y a la vista está. Fue una sabia decisión de mis padres.
La Fiestas de San Mateo tienen mucho de la impronta de los Mas. Han estado presentes en buena parte de la fiesta de los montisonenses, en su memoria, con sus establecimientos… ¿cuánto queda de aquellos primeros años del Piscis o de la discoteca Clash?
Del Piscis queda todo, seguimos con la actividad y recientemente hemos hecho la última reforma, la tercera que llevamos ya, trabajando a un buen ritmo. De Clash, lo que antes fue Piscis-2, ahora queda un edificio viejo, obsoleto del que no somos propietarios y que cada vez que lo veo me da mucha tristeza. Por allí han pasado tantas personas y se lo han pasado tan bien… muy buenos recuerdos sobre todo de la gente joven de aquella época porque podíamos presumir de tener una cafetería que fue un auténtico bombazo estando entre las tres mejores de Aragón y la discoteca también tenía lo suyo organizando fiestas, sorteos… como referencia hay que decir que fue la primera discoteca que salió en Informe Semanal y también en Eurovisión.
Ahora que hemos activado el interruptor de los recuerdos, ¿Cuál ha sido su mejor San Mateo?
Todos fueron buenos, había un sentir general de que las mejores fiestas de la provincia eran las de Monzón. Pero sí tengo un recuerdo muy especial de las fiestas de 1975. Ese año yo era presidente del Club Atlético Monzón de fútbol y contacté con un padre salesiano que era afín a la familia del presidente del Fútbol Club Barcelona, Agustín Montal, haciendo coincidir el 25 aniversario de nuestro equipo fuimos a visitarlo y le entregamos la insignia de oro y brillantes de nuestro club. Él tuvo la gentileza de traernos al Barcelona a Monzón para el partido de fiestas, con Cruyff como entrenador, teniendo un papel fundamental en esa decisión Ángel Mur, que además de masajista era ya una “institución” en el club. Fue impresionante, no había visto nunca el campo tan lleno. Luego hubo unas recepciones oficiales, una cena de gala y cerramos la noche con la actuación de Antonio Gades, el que fuera el marido de Marisol. Un día casi completo que acababa con un aviso de bomba que se quedó en una faena para amargarnos las fiestas, algo que no consiguieron en absoluto.
Supongo que muchas fiestas han sido detrás de una barra, disfrutando del ambiente entre servicio y servicio… ¿Echa de menos el haber disfrutado de las peñas, las fiestas, los conciertos de otra manera?
Estaba tan habituado a esa vida como hijo único que tenía que arrimar el hombro que lo vivía perfectamente con mis amigos sabiendo que tocaba trabajar. Tenía tanta ilusión… Lo vivía en esas horas libres en las que me juntaba con mis amigos en los primeros chamizos, donde teníamos algo de comer, poncho, algo de beber… todo, en una antigua fábrica de gaseosas y allí se nos hacían las seis y siete de la mañana. Mi preocupación cuando pasaban los años era pensar qué haría yo cuando se acabara esta actividad. No hubo problema porque cuando ese momento llegó, tuve la suerte de unirme al movimiento peñista de la mano mi gran amigo Fernando Burrell, cuando terminábamos las cenas me integraba en la fiesta como un peñista más.
Ha hecho muchas cosas en Monzón, pero ¿qué le queda por hacer y hasta dónde puede llegar el legado de Ángel Mas?
Mi ilusión sería que hubiera otros 75 años, como los que acabamos de cumplir como hosteleros, en los que siguiéramos ofreciendo nuestros servicios a todos los montisonenses. En eso estamos y además creciendo; haciendo banquetes, eventos, convenciones ya no sólo en la ciudad y poblaciones cercanas.
Recuperando el tema festivo. ¿Qué traería del pasado para que se quedara en el presente y formara parte del futuro?
Una cosa que me encantaría es recuperar el “glamour” en las fiestas. Igual que la gente se viste para Mont Rodón podríamos vestirnos un día con traje y corbata, las mujeres muy elegantes volviendo a esos años en los que nos poníamos guapos para San Mateo. Eso hoy en día sería un auténtico bombazo.
Regresamos al presente y nos centramos en 2022. Dos años después de una pandemia que lo pudo casi todo… ¿Cómo fue para Ángel Mas el estar dos años o a medio gas o con restricciones horarias en esa semana de septiembre, “vital” para Monzón y su economía?
Lo llevamos muy mal. Yo me preguntaba qué mal habíamos hecho para merecer semejante castigo Nosotros estábamos en plena inversión tras una etapa de crisis en la que pusimos en marcha nuestro hotel y cuando estábamos remontando llegó la pandemia. Nos los desbarató todo, se anularon bodas y banquetes y ahora poco a poco nos estamos recuperando.
En cuanto a las fiestas, uno que estaba acostumbrado a celebrarlo por todo lo alto el que no hubiera nada, era una absoluta tristeza.
¿Cree que sus efectos son reversibles y que esta nueva normalidad nos ha traído otras cosas como el valorar más sectores de producción clave, el hecho de estar más cerca unos de otros, o de hábitos de consumo como acudir a comer bajo reserva, algo rarísimo hace unos años?
Ha quedado poco de bueno. Lo peor es que antes de la pandemia teníamos un capital humano único que se mermó con la crisis sanitaria. A la vuelta tuvimos una gran cantidad de pedidos, tuvimos mucho trabajo, con un equipo mucho más pequeño aunque con la misma ilusión y vocación de servicio… Lo bueno es que todo ha vuelto con más ganas que nunca, todo el mundo quiere salir, disfrutar y compartir. Todo el mundo quiere resarcirse de esos dos años de desierto.
¿Qué proyectos tiene entre manos?
En estos momentos como presidente de la Asociación de Empresarios tengo la intención de que se siga consolidando esta asociación y seguir prestando servicio a todos los asociados. Uno de los problemas que tenemos actualmente es la falta de mano de obra, por ello vamos a hacer una serie de formaciones para dar mayores salidas profesionales a los jóvenes del futuro y también a las empresas que necesitan de mano de obra cualificada ante la falta de ella en estos momentos.
Monzón es clave en el desarrollo industrial y económico de la provincia y tenemos que ir todos a una.
Iniciábamos la entrevista con el pregón que suponemos que ya tendrá casi listo. ¿Qué claves nos puede dar sobre su discurso?
Lo tengo hilvanado. Sólo voy a dar dos pistas: va a ser alegre y divertido. A eso me comprometo este año. Por mi forma de ser quiero que sea una cosa de emoción, de vivencias, de sentimientos siendo algo atípico, pero sobre todo que saque una sonrisa a todos los monzoneros.
Ya para finalizar, este San Mateo, ¿dónde podremos encontrarnos con Ángel Mas?
Voy a estar allí donde se me invite. Tengo claro y presente que voy a estar en la misa por San Mateo, en actividades deportivas, en las peñas, en algún baile de madrugada y sobre todo voy a estar en el Hotel Mas Monzón y en el Piscis. Desde estas páginas solo me queda felicitar a todos los monzoneros, ¡Feliz San Mateo!